La gestión de riesgos implica predecir e identificar los riesgos financieros involucrados con sus inversiones para minimizarlos. Luego, los inversores emplean estrategias de gestión de riesgos para ayudarles a gestionar la exposición al riesgo de su cartera. Un primer paso fundamental es evaluar su exposición actual a los riesgos y luego desarrollar sus estrategias y planes en torno a ellos.
Las estrategias de gestión de riesgos son planes y acciones estratégicas que los comerciantes e inversores implementan después de identificar los riesgos de inversión. Estas estrategias reducen el riesgo y pueden implicar una amplia gama de actividades financieras, como contratar un seguro contra pérdidas y diversificar su cartera entre clases de activos.
Estrategias de gestión de riesgos
1. La regla del 1% es una estrategia simple de gestión de riesgos que implica no arriesgar más del 1% de su capital total en una inversión o operación.
2. Una orden de limitación de pérdidas establece un precio predeterminado para un activo al que se cerrará la posición. El precio de parada se fija por debajo del precio actual y, cuando se activa, ayuda a proteger contra pérdidas adicionales. Una orden de toma de ganancias funciona de manera opuesta, estableciendo un precio al que desea cerrar su posición y asegurar una cierta ganancia.
3. Diversificar su cartera es una de las herramientas más populares y fundamentales para reducir el riesgo general de inversión. Una cartera diversificada no invertirá demasiado en ningún activo o clase de activos, lo que minimizará el riesgo de grandes pérdidas de un activo o clase de activos en particular. Por ejemplo, puede tener una variedad de monedas y tokens diferentes, además de proporcionar liquidez y préstamos.
4. DCA es una estrategia de gestión de riesgos en la que se compran monedas en diferentes zonas de precios de otras para obtener una buena entrada promedio. Tomemos, por ejemplo, que compraste una moneda a 1 dólar con la esperanza de que el precio suba a 2 dólares y unos días u horas después la moneda bajó a 0,8 dólares, vuelves a comprar a 0,8 dólares y si el precio baja a 0,6 dólares, compras de nuevo.
Al final, la entrada promedio podría ser de alrededor de $0,9, lo que hace que su pérdida sea un poco menor y cuando el precio finalmente llegue a $2, habría obtenido una ganancia del 110%.