La reunión sobre tasas de interés de la Reserva Federal en mayo envió tres señales importantes al mundo exterior. Estas señales pueden implicar que la economía estadounidense enfrenta una presión considerable.

El ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal puede estar llegando a su fin. Anteriormente, los comentarios sobre el aumento de las tasas de interés por parte de los halcones dentro de la Reserva Federal pueden haber sido más una estrategia que una dirección política real. De esta manera, pueden estar tratando de disfrazar su verdadero calendario de recortes de tasas para evitar que los mercados globales reaccionen prematuramente. Al mismo tiempo, este tipo de retórica también puede usarse como un medio para obligar a los países que enfrentan crisis de deuda a buscar ayuda de los bancos internacionales, brindando así más oportunidades de inversión para Wall Street. Sin embargo, a juzgar por la realidad, la posibilidad de que la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés se ha reducido considerablemente.

La Reserva Federal anunció que reducirá la escala de sus ventas de bonos del Tesoro a partir de junio. Esta medida es sin duda una señal importante de que la política monetaria pasará a ser más expansiva. Al reducir el tamaño de su balance, la Reserva Federal está desacelerando gradualmente su política de ajuste monetario en el mercado, lo que puede presagiar una mayor flexibilización de la política monetaria en el futuro. Esta medida es también un ajuste estratégico de la Reserva Federal para hacer frente a la presión económica actual, especialmente en el contexto de los graves desafíos que enfrenta la industria bancaria estadounidense.

Aunque el mercado ha estado tratando de predecir el momento del recorte de las tasas de interés de la Reserva Federal, de hecho, incluso la propia Reserva Federal es difícil de determinar. La decisión de recortar las tasas de interés dependerá en gran medida del desempeño real de la economía estadounidense y de la dinámica de los mercados financieros globales. Si estalla una crisis financiera interna en Estados Unidos o la economía muestra signos de una recesión severa, la Reserva Federal sin duda responderá rápidamente con recortes de las tasas de interés para estabilizar el mercado y la economía. En este caso, los indicadores macroeconómicos como la inflación y los datos de empleo pueden quedar temporalmente en un segundo plano.

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