En esta era digital, los datos se han convertido en una riqueza intangible y las formas en que controlamos y utilizamos los datos están experimentando cambios profundos. Cuando hablamos de big data, a menudo nos centramos en su gran escala, su alto valor y sus aplicaciones de amplio alcance. Sin embargo, rara vez nos preguntamos: ¿de dónde provienen estos datos? ¿Y adónde irá? Según el modelo tradicional de Internet, los datos de los usuarios están monopolizados por las plataformas, lo que deja a los usuarios en una posición explotada en la producción de datos. Esta relación desigual de producción de datos no solo viola los derechos de los usuarios sobre los datos, sino que también obstaculiza la plena realización del valor de los datos.
Sin embargo, la aparición de la tecnología Web3 ofrece la posibilidad de reestructurar las relaciones de producción de datos y construir un nuevo tipo de ecosistema de big data. Los principios propugnados por la Web3, como la descentralización y los datos controlados por el usuario, se alinean perfectamente con el concepto de “soberanía de los datos del usuario” de INTO. INTO está construyendo un nuevo ecosistema de big data Web3 en el que los usuarios tienen control autónomo sobre sus datos y el valor de los mismos se devuelve a los usuarios, todo ello basado en la tecnología Web3. A través de la reestructuración sistemática de los derechos de los datos, la circulación, la aplicación, la distribución y otros procesos, se está construyendo un mecanismo completamente nuevo para la socialización de las operaciones de datos. Este mecanismo, centrado en los usuarios, se adhiere al principio de incentivos compatibles, guiado por la colaboración abierta, y apunta a la compartición de valor, pintando una hermosa imagen de un nuevo ecosistema de big data Web3.
La hegemonía de los datos tradicionales se enfrenta a la revolución de la descentralización
En los primeros tiempos de Internet, el término “big data” solía significar que las grandes corporaciones tenían el control exclusivo sobre grandes cantidades de datos. Aprovechando el alcance de sus plataformas, estas empresas recopilaban y almacenaban datos de usuarios de diversas formas, creando en esencia vastos reinos de datos. Muchos de estos datos se recopilaban sin que los usuarios se dieran cuenta de ello, mientras realizaban actividades en línea. Aunque los usuarios se beneficiaban de los servicios que prestaban estas plataformas, en esencia, les estaban proporcionando sus datos personales sin una intención clara ni una recompensa.
La relación entre la producción y el control de los datos es muy desigual. Por un lado, los usuarios, que generan datos, no pueden gestionar su propia información ni obtener beneficios económicos de ella. Sus datos acaban siendo un medio para que las plataformas obtengan beneficios y un poder monopolístico, y los usuarios actúan básicamente como mineros de datos no remunerados. Por otro lado, el férreo control que ejercen estas plataformas sobre los datos puede dar lugar a una serie de problemas, como invasiones de la privacidad y un mal manejo de los datos, que comprometen gravemente los derechos de los usuarios.
Aún más preocupante es que este modelo monopólico de datos impide la plena realización del valor de los datos. Dado que los datos están controlados y bloqueados por plataformas, es difícil para otras entidades acceder a ellos y utilizarlos, lo que limita su circulación y aplicación. Esto no solo da lugar a un uso ineficiente de los datos y a un desperdicio, sino que también sofoca la innovación y la colaboración basadas en los datos. Los datos deberían ser un recurso público que impulse el progreso social, pero bajo la sombra de los monopolios, se convierten en propiedad privada de gigantes que los explotan para obtener beneficios.
Frente a esta relación desigual e irracional en la producción de datos, la Web3 ofrece una solución completamente nueva. Los principios de descentralización que defiende la Web3 socavan fundamentalmente los cimientos de los monopolios de datos de plataformas centralizadas. En el mundo de la Web3, los usuarios pueden utilizar infraestructuras descentralizadas como blockchain e IPFS para almacenar, gestionar y hacer circular datos de forma autónoma.
En este modelo, los usuarios pasan de ser proveedores pasivos de datos a ser propietarios de los mismos. Pueden decidir de forma autónoma cómo almacenar y utilizar sus datos, así como optar por compartirlos a cambio de una compensación, beneficiándose así del valor de los mismos. Esto significa que los usuarios no solo recuperan el control sobre los datos personales, sino que también se convierten en beneficiarios del valor de los datos.
Mientras tanto, la descentralización también allana el camino para que los datos fluyan libremente y se utilicen de forma colaborativa. En el ecosistema de la Web3, los datos no están acaparados por plataformas, sino que son accesibles en un entorno abierto y transparente. Este cambio facilita el intercambio y el comercio de datos entre varias partes, lo que conduce a la creación de aplicaciones y servicios más innovadores que aprovechan estos datos. Como resultado, el valor inherente de los datos se libera y se magnifica en un espectro más amplio.
Web3 presenta un conjunto de herramientas completamente nuevo para redefinir la forma en que creamos y manejamos datos. Otorga a los usuarios la propiedad sobre sus datos, anunciando un cambio revolucionario que se aleja de las antiguas formas de dominio de los datos. Esta transformación tiene como objetivo salvaguardar los derechos de los usuarios y descubrir el verdadero valor de los datos. Significa el amanecer de una nueva era de big data, una era en la que los datos son realmente propiedad del colectivo. INTO reconoce este cambio trascendental y aspira a estar a la vanguardia, liderando el cambio en el establecimiento del ecosistema de big data de Web3.
Ecosistema de Big Data Web3: descentralización, recuperación de la equidad, protección de la privacidad
El ecosistema de big data Web3 es un ecosistema de datos construido sobre tecnologías Web3 como blockchain, almacenamiento descentralizado y computación privada, que se distingue de los sistemas de big data centralizados tradicionales por las siguientes características principales:
En primer lugar, el ecosistema de big data de la Web3 está altamente descentralizado. Utiliza la tecnología blockchain para construir una red de datos, logrando un almacenamiento y procesamiento distribuido de los datos. En esta red, ningún nodo puede controlar o manipular todo el conjunto de datos, lo que mejora enormemente la seguridad y la confiabilidad de los datos. La descentralización también otorga a los usuarios un control directo sobre sus datos. Los usuarios pueden controlar sus activos de datos a través de claves privadas, lo que permite el almacenamiento, la gestión y la circulación autónomos de los datos.
En segundo lugar, el ecosistema de big data de la Web3 restablece los derechos sobre los datos. En este ecosistema, los usuarios ya no son contribuyentes pasivos de datos, sino los principales beneficiarios de su valor. Mediante incentivos de tokens y tecnología de contratos inteligentes, los usuarios pueden obtener recompensas económicas mediante el intercambio y las transacciones de datos. Este modelo de “ganar dinero con los datos” devuelve a los usuarios los canales y el poder de la monetización de los datos, lo que reconfigura el patrón de distribución de la economía de los datos y permite a los usuarios comunes compartir verdaderamente la riqueza de los datos.
En tercer lugar, el ecosistema de big data de la Web3 logra una protección de la privacidad sin precedentes. Un enfoque intuitivo para la protección de la privacidad es la anonimización, en la que los nombres, números de teléfono, identificaciones, etc. de los usuarios se procesan de forma anónima, convirtiéndose en una cadena de caracteres que no se puede calcular de forma inversa, mientras que solo se conservan los datos significativos para el análisis. Por ejemplo, la tecnología de prueba de conocimiento cero permite verificar la autenticidad de los datos sin revelar su contenido; la tecnología de cifrado homomórfico permite el cálculo y procesamiento directo de datos en estados cifrados. A través de estas tecnologías, incluso durante el intercambio de datos y las transacciones, la privacidad del usuario puede estar bien protegida. Los datos pueden circular de forma segura entre diferentes entidades sin preocuparse por las violaciones de la privacidad.
Por último, el ecosistema de big data de la Web3 demuestra una apertura e inclusión sin precedentes. Se eliminan las barreras de datos entre diferentes entidades, lo que permite que los datos circulen libremente y se intercambien a mayor escala. Esto promoverá en gran medida la asignación óptima de elementos de datos, estimulando aplicaciones y servicios más innovadores basados en datos. Al mismo tiempo, la apertura también implica la posibilidad de una mayor creación de valor. Cualquiera puede derivar nuevos modelos de negocios y escenarios de servicio basados en datos compartidos.
Esta es la esencia del ecosistema de big data de la Web3. INTO se embarca en el viaje de construir un nuevo ecosistema de big data de la Web3 basado en profundos conocimientos sobre esta esencia, innovando con tecnología y mecanismos, reestructurando las relaciones de producción de datos, potenciando cada entidad de datos y asegurando que el valor de los datos beneficie a todos los participantes.
El retorno del valor de los datos: INTO lidera la innovación en el ámbito de los macrodatos en la Web3
INTO, un proyecto pionero en el espacio Web3, está forjando un nuevo camino en la creación del ecosistema de big data Web3 con una combinación de avances tecnológicos y enfoques innovadores. Esta estrategia se puede resumir en un modelo “cuatro en uno”: que consiste en datos en cadena, distribución inteligente, protección de la privacidad y retroalimentación de valor. Estos cuatro aspectos están interconectados, se apoyan y se mejoran entre sí para encarnar la visión integral de INTO para establecer un sólido ecosistema de big data Web3.
En primer lugar, INTO utiliza la tecnología blockchain para lograr “datos en cadena”, lo que proporciona una infraestructura descentralizada para el ecosistema de big data. En el ecosistema INTO, los datos de cada usuario se cifran y almacenan en la blockchain, formando una base de datos distribuida. La inmutabilidad y el registro distribuido de la blockchain garantizan la seguridad y la fiabilidad del almacenamiento de datos. Además, los datos en cadena también implican la confirmación de la propiedad de los datos. Cada dato está vinculado a la identidad digital del usuario, logrando así una protección nativa de la propiedad de los datos.
Los datos en cadena sientan una base tecnológica sólida para el ecosistema de big data de la Web3. Sobre esta base, INTO mejora aún más la eficiencia de la circulación y utilización de datos a través del mecanismo de “distribución inteligente”. La distribución inteligente se refiere al uso de contratos inteligentes e incentivos de tokens para lograr una correspondencia inteligente y un comercio automático de datos entre diferentes entidades.
En concreto, los demandantes de datos pueden expresar sus necesidades de datos mediante la implementación de contratos inteligentes y la vinculación de recompensas en tokens correspondientes. Por otro lado, los proveedores de datos pueden elegir contratos adecuados para proporcionar datos en función de sus propios recursos y preferencias. Todo el proceso se ejecuta automáticamente mediante contratos inteligentes, lo que garantiza la eficiencia y la equidad de las transacciones de datos. Mientras tanto, los incentivos en tokens también estimulan el entusiasmo de todas las partes para participar en la circulación de datos, lo que genera un mayor valor en la colaboración social.
Por supuesto, la premisa del intercambio y el comercio de datos es la seguridad de la privacidad. INTO aprovecha al máximo varias tecnologías de computación de privacidad para construir una sólida barrera de “protección de la privacidad”. Por ejemplo, INTO adopta tecnologías como la privacidad diferencial y la computación multipartita segura para lograr la fusión y el análisis de datos en todas las organizaciones, al tiempo que protege los datos originales de fugas. Incluso en el proceso de intercambio de datos, la privacidad de los usuarios permanece intacta.
Por último, INTO ha implementado un mecanismo de “retroalimentación de valor” cuidadosamente diseñado que redirige el valor generado por los datos hacia los usuarios, asegurando una distribución justa de los dividendos de los datos. Dentro del ecosistema INTO, los usuarios no solo obtienen la propiedad total de sus datos personales, sino que también pueden obtener beneficios financieros a través de diversos medios, como la autorización de datos y la participación de datos en el futuro. Este ecosistema otorga a los usuarios tanto un control total sobre sus datos como la oportunidad de cosechar el valor real que estos generan, haciendo realidad el valor tangible de la propiedad de los datos y sus beneficios asociados.
El enfoque de INTO en el big data representa una profunda reevaluación de la dinámica tradicional de producción de datos y una investigación visionaria sobre la evolución de la economía digital. A medida que INTO continúa creciendo y refinando su oferta, se espera que desempeñe un papel importante en la construcción de una sociedad digital que sea equitativa, abierta y transparente, contribuyendo en última instancia a un futuro digital más prometedor para todos.
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INTO es un protocolo social Web3 pionero que aprovecha la tecnología blockchain y de inteligencia artificial. Ofrece funciones como monederos de criptomonedas, SocialFi, el token SoulBound (SBT), herramientas de inteligencia artificial y más. La misión de INTO es crear una red social Web3 globalizada, fomentando un entorno de comunicación abierto, libre, atractivo, compatible y seguro para los usuarios de todo el mundo.
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