En un movimiento significativo que impacta el panorama de las criptomonedas, el gobierno argentino ha ordenado el establecimiento de un registro obligatorio para las empresas involucradas en Bitcoin y otras transacciones criptográficas. Esta decisión ha provocado una ola de preocupación entre los críticos que argumentan que marca un alejamiento de la postura previamente más libertaria del país sobre las monedas digitales, a pesar de las garantías del presidente en sentido contrario.

La acción legislativa adoptada el 14 de marzo por el Senado de Argentina para aprobar el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales subraya el mayor enfoque del gobierno en el sector criptográfico. Este registro, anunciado oficialmente por la Comisión Nacional de Valores (CNV) el 26 de marzo, tiene como objetivo catalogar a todas las entidades involucradas en diversos servicios relacionados con las criptomonedas dentro del país, incluyendo la compra, venta, comercialización, préstamo y transferencia de criptomonedas. El presidente de la CNV, Roberto E. Silva, enfatizó que ya no se permitiría operar sin registro.

El objetivo principal detrás de estas regulaciones es reforzar el cumplimiento de las leyes contra el lavado de dinero (AML) y el financiamiento del terrorismo, alineándose con los esfuerzos globales para regular el espacio criptográfico. Sin embargo, la medida ha sorprendido a muchos, particularmente dadas las opiniones libertarias del presidente Javier Milei y su promoción de una mínima intervención gubernamental, una postura aparentemente contraria a las nuevas medidas regulatorias.

La comunidad cripto ha reaccionado con consternación ante este cambio, señalando el apoyo expresado anteriormente por Milei a Bitcoin y su potencial para desafiar los sistemas bancarios centrales. A pesar de la falta de políticas explícitas a favor de Bitcoin por parte de Milei, su defensa de Bitcoin como una reversión a los sistemas monetarios liderados por el sector privado le había granjeado una considerable buena voluntad entre los defensores de las criptomonedas.

Los críticos del registro, como Manuel Ferrari, cofundador del protocolo Money On Chain, argumentan en contra de la combinación de Bitcoin con valores o instrumentos financieros tradicionales, destacando lo absurdo de tales comparaciones regulatorias. Este sentimiento refleja el desacuerdo más amplio dentro del sector criptográfico con respecto a la idoneidad y el impacto de regulaciones estrictas.

Además, los recientes ajustes legales de Argentina para permitir contratos y pagos en cualquier moneda, incluido Bitcoin, subrayan el enfoque cambiante del país hacia las transacciones financieras. Este cambio, efectivo a partir de diciembre, se produce cuando el peso argentino enfrenta una inflación severa, lo que llevó a muchos ciudadanos a recurrir a Bitcoin como una reserva de valor más estable en medio de las crecientes valoraciones de las criptomonedas.

A medida que Argentina se embarca en este camino regulatorio, la comunidad criptográfica global observa de cerca, evaluando las implicaciones para el futuro del mercado y el equilibrio entre la innovación y la supervisión regulatoria en el ámbito de la moneda digital.

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