Queridos criptomaníacos y soñadores, imaginen un escenario hipotético en el que meten sus últimos centavos de dólar en una moneda y de la noche a la mañana son millonarios. ¿Qué harían? Algunos dejarían sus trabajos, pagarían la hipoteca del banco, se comprarían un Ferrari, porque ¿de qué va la vida? Pero va de soñar, de lograr metas, de hacer felices a las personas que más quieres, de trabajar duro y de alcanzar tu meta… algunos nacen estrellas, y otros nacen estrellas. Yo trabajo en un empleo que apenas me cubre, voy al gimnasio y apenas tengo tiempo para estar con mis hijos. Literalmente soy pobre, pero en mi corazón soy millonaria, para decir un día finamente… “lo logré”