Según CoinDesk, Estados Unidos se enfrenta a importantes desafíos a la hora de modernizar su obsoleta infraestructura, en particular en los sectores de las telecomunicaciones y la banda ancha. Las iniciativas gubernamentales y los proveedores tradicionales han demostrado ser insuficientes para cerrar las brechas de conectividad del país. El Programa de Conectividad Asequible federal, cuyo objetivo era proporcionar Internet rápido y rentable, está al borde de su cierre. Además, los proyectos de Internet del sector privado se han ralentizado debido a las altas tasas de interés, lo que ha provocado quiebras y cierres. Como resultado, las opciones de banda ancha asequible de alta velocidad son cada vez más escasas para uno de cada cuatro estadounidenses que aún carece de acceso.

Los métodos tradicionales para ampliar la conectividad, como los subsidios gubernamentales y los proyectos de telecomunicaciones tradicionales, están fracasando. Sin embargo, las tecnologías innovadoras como los activos del mundo real tokenizados (RWA, por sus siglas en inglés) ofrecen una solución prometedora. Los RWA son tokens digitales en una cadena de bloques que representan activos financieros físicos y tradicionales, lo que permite una gestión, un comercio y una propiedad más eficientes y transparentes. A pesar de cierto escepticismo en torno a las criptomonedas, la tecnología subyacente tiene un potencial sustancial para mejorar el desarrollo de infraestructura tangible. Boston Consulting Group proyecta que el mercado de RWA podría crecer hasta los 13 billones de dólares para 2030.

La transparencia y la programabilidad de la tecnología blockchain abren nuevas formas de gestionar y financiar las redes de telecomunicaciones y otros servicios públicos. Este nuevo paradigma, conocido como “infraestructura líquida”, elimina las barreras para que los grandes proyectos de infraestructura accedan al capital y permite que los inversores no tradicionales, las empresas más pequeñas y las comunidades participen directamente en la construcción de la infraestructura que necesitan. La tecnología blockchain facilita un sistema de pago de máquina a máquina que admite liquidaciones automatizadas, lo que promueve modelos de precios dinámicos y transacciones automatizadas. Este marco permite a los pequeños inversores y a las comunidades locales tener una participación directa en los proyectos de infraestructura. La infraestructura líquida está diseñada para lograr la máxima flexibilidad, lo que permite la fraccionación de un solo activo y la distribución de múltiples activos. Esto significa que los ingresos de varios activos líquidos diferentes se pueden distribuir automáticamente a un solo conjunto de tokens fungibles.

Hawk Networks ha tokenizado la mayoría de sus redes inalámbricas y recientemente utilizó la plataforma Liquid Infrastructure para construir la conectividad para un proyecto de viviendas para veteranos de 194 unidades en Phoenix, Arizona. Este proyecto utilizó la plataforma de pago de Althea y Liquid Infrastructure para coordinar los pagos entre múltiples participantes en la financiación y operación de la construcción. En el caso de la infraestructura de Internet, las RWA pueden permitir a las comunidades construir sus propias redes de fibra óptica o aprovechar el poder de Starlink para dar servicio a vecindarios enteros. La adaptabilidad de las RWA ofrece amplios beneficios para otros sectores vitales, como la red eléctrica y la infraestructura física, transformando la forma en que se financian y gestionan estos servicios públicos. La infraestructura líquida tiene como objetivo complementar, en lugar de reemplazar, los esfuerzos del gobierno y del sector privado, llenando los vacíos donde los enfoques tradicionales no son suficientes.

A medida que el país se esfuerza por abordar los déficits críticos de infraestructura, los RWA brindan una oportunidad única para cerrar las brechas existentes y, al mismo tiempo, fomentar un marco más inclusivo y equitativo para el desarrollo futuro de infraestructura.