El presidente electo #Donald #Trump's planea implementar amplias tarifas de importación durante su segundo mandato en la Casa Blanca, lo que podría ser el desarrollo de política "más bajista" para el sector energético este año, según analistas de RBC Capital Markets.
Trump, quien está a punto de asumir el poder en menos de dos semanas, ha prometido imponer tarifas de hasta el 10% sobre las importaciones globales a EE. UU. y del 60% en artículos provenientes de China. También se ha comprometido a aplicar un recargo del 25% sobre productos de Canadá y México.
Los economistas han señalado que la propuesta no solo sacudiría la actividad comercial global, sino que también amenazaría con reavivar las presiones inflacionarias y provocar posibles represalias.
La incertidumbre en los mercados aumentó el miércoles después de que CNN informara que Trump está considerando declarar una emergencia económica nacional para proporcionar el respaldo legal a las tarifas. A principios de esta semana, Trump también negó un informe separado de que su equipo estaba considerando reducir los aranceles para cubrir solo bienes críticos.
En una nota a los clientes el jueves, los analistas de RBC, liderados por Helima Croft, dijeron que, si bien el alcance final de las tarifas sigue siendo incierto, los aranceles principales sobre China podrían suavizar la demanda en el país y ejercer presión a la baja sobre los precios del petróleo. China es el mayor importador de crudo del mundo.
Los líderes empresariales con vínculos significativos con China podrían aconsejar a Trump que evite imponer estrictas tarifas al país, predijo Croft.
"También hemos escuchado una opinión en Washington de que el presidente Trump podría ser receptivo a un acuerdo con China si Beijing ofreciera realizar grandes compras de bienes estadounidenses, como aviones o incluso importaciones de [gas natural licuado] de EE. UU.", escribió Croft.
Sin embargo, Croft señaló que el efecto general del mercado de las tarifas sigue siendo "difícil de prever" porque la administración Trump, a diferencia de una ronda anterior de tensiones comerciales en 2018, tendrá que sopesar el impacto de las políticas con preocupaciones macroeconómicas más amplias "todavía en mente.