El espacio DeFi no está exento de riesgos. Los errores en los contratos inteligentes, la alta volatilidad de los precios de las criptomonedas y los riesgos de liquidez son algunos de los principales desafíos a los que se enfrentan los usuarios. Si el valor de su garantía cae drásticamente, podría enfrentarse a una liquidación, en la que sus activos se venderían automáticamente para cubrir el préstamo. Además, la dependencia de los contratos inteligentes significa que, si hay un error o un ataque informático, los fondos pueden agotarse y, a menudo, no hay ningún recurso para recuperarlos.
El impacto del aumento de los préstamos en la volatilidad de la liquidez y las fluctuaciones del mercado
Un factor importante que contribuye al riesgo en los préstamos DeFi es la forma en que el aumento de la actividad crediticia puede amplificar la liquidez de los activos y la volatilidad de los precios. A medida que más usuarios participan en los préstamos y endeudamientos, los fondos de liquidez en los diferentes protocolos se vuelven más susceptibles a las fluctuaciones del mercado (subidas o bajadas).
Esta mayor demanda de préstamos a veces puede drenar la liquidez, lo que hace que el protocolo sea vulnerable a los shocks externos del mercado. Cuando los precios de las criptomonedas oscilan drásticamente, la oferta y la demanda de activos de garantía pueden cambiar rápidamente, desestabilizando aún más los mercados.
Contexto práctico
Por ejemplo, durante una recesión del mercado, la prisa por pagar préstamos y retirar garantías puede generar escasez de liquidez, lo que lleva a una caída abrupta de los activos disponibles. Esto crea un ciclo que se retroalimenta y en el que los proveedores de liquidez pueden retirar sus fondos debido a los riesgos de una alta volatilidad, lo que agrava la situación.
Lo que los actores de la industria DeFi deberían hacer
Los protocolos DeFi deben equilibrar esto ofreciendo incentivos a los proveedores de liquidez durante tiempos turbulentos. Los proveedores de liquidez o los prestamistas deben incorporar estrategias de mitigación de riesgos, como tasas de interés dinámicas que respondan a las condiciones del mercado. Los inversores o los prestatarios individuales o institucionales deben estar atentos a las tendencias del mercado y a la tasa de rendimiento dinámico antes de realizar cualquier gran movimiento financiero, como pedir prestado fondos para emprendimientos de riesgo.