Banco de Investimentos Globais (BiG), uno de los principales bancos de Portugal, ha decidido bloquear las transferencias fiat a plataformas de criptomonedas, citando el cumplimiento de las regulaciones europeas. Este movimiento ha desatado debates sobre la postura en evolución de Portugal respecto a las criptomonedas, que alguna vez se consideró un refugio para los entusiastas de las criptomonedas. La decisión del banco refleja un aumento en el escrutinio regulatorio, alineándose con las directrices del Banco Central Europeo, la Autoridad Bancaria Europea y el Banco de Portugal. También enfatiza la adherencia a las reglas nacionales sobre la prevención del lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.

Mientras BiG restringe estas transferencias, otros bancos portugueses, como Caixa Geral de Depósitos, continúan facilitándolas. Esto sugiere que la decisión del BiG aún no es un estándar en todo el país. Sin embargo, esta acción coincide con el cambio regulatorio más amplio de Portugal, que incluye un nuevo impuesto sobre las ganancias de capital del 28% sobre las tenencias de criptomonedas a corto plazo, marcando una clara ruptura con sus políticas anteriores amigables con las criptomonedas.

El momento de este movimiento es particularmente notable, ya que sigue a la reciente implementación de la Regulación de Mercados en Criptoactivos (MiCA) de la UE. MiCA tiene como objetivo proporcionar un marco unificado para los activos digitales en toda Europa, aportando claridad al sector. Sin embargo, la decisión del BiG destaca cómo las interpretaciones de estas regulaciones pueden variar, incluso dentro de un solo país.

Los críticos han expresado preocupaciones sobre este enfoque restrictivo. José Maria Macedo, un emprendedor criptográfico portugués, describió el movimiento como un abuso de poder que empujará a más individuos hacia las finanzas descentralizadas (DeFi). De manera similar, Mario Nawfar señaló que este cambio se produce a raíz de las nuevas leyes fiscales sobre criptomonedas de Portugal, alentando aún más a los usuarios a explorar alternativas DeFi.

En otras partes de Europa, el enfoque hacia las criptomonedas sigue siendo diverso. En la República Checa, el gobernador del banco central ha sugerido incluir Bitcoin en las reservas de divisas del país como estrategia de diversificación. El gigante bancario francés BPCE planea introducir Bitcoin y otros servicios criptográficos en 2025 a través de su filial Hexarq, cumpliendo con las regulaciones de MiCA. Deutsche Bank de Alemania está abordando el cumplimiento de blockchain con una solución de Capa 2, y Suiza continúa destacándose con su postura progresista, favoreciendo los activos tokenizados sobre las monedas digitales de bancos centrales. Los bancos suizos también han adoptado servicios de negociación de criptomonedas, con instituciones como St. Galler Kantonalbank ofreciendo Bitcoin y Ethereum a sus clientes.

En este contexto, las acciones del BiG contrastan con las tendencias más amplias en Europa, donde muchos bancos están expandiéndose en el espacio cripto bajo el marco regulatorio de MiCA. A pesar de esta divergencia, el marco de MiCA tranquiliza a las instituciones financieras de que solo las plataformas criptográficas cumplidoras pueden operar dentro de la UE, proporcionando una base para la confianza en el sistema.

El paisaje criptográfico en evolución de Portugal refleja una tensión entre sus ambiciones regulatorias y su imagen anterior como un refugio criptográfico. Si bien la política restrictiva del BiG destaca, queda por ver si otros bancos portugueses seguirán su ejemplo o mantendrán su postura más amigable con las criptomonedas.