La paradoja que hace que la gente compre lo que es caro en lugar de lo que es barato está profundamente ligada a la psicología del mercado y a sesgos de comportamiento, como el miedo y la validación social. Aquí están los principales factores:


1. Miedo a perderse algo (FOMO)

Cuando el precio de un activo sube, aumenta la atención en torno a él. La gente ve noticias positivas, otros inversores obteniendo beneficios y acaba creyendo que “no pueden quedarse al margen”. Esta emoción anula la lógica y compran incluso con el activo ya valorado, creyendo que las ganancias continuarán.

2. Validación y conformidad social

La gente tiene más confianza para invertir cuando ve que una multitud hace lo mismo. Un activo que sube rápidamente parece "seguro" porque hay un consenso implícito de que "si todo el mundo lo compra, debe ser bueno". En cambio, los activos baratos, a menudo ignorados por el mercado, no tienen el mismo atractivo.

3. Sesgo de confirmación

Los inversores buscan información que refuerce su creencia de que el precio seguirá subiendo. Cuando algo es caro, es más fácil encontrar noticias y análisis optimistas, lo que anima aún más a la gente a comprar.

4. Aversión al riesgo en situaciones inciertas

Cuando algo es barato, a menudo se asocia con incertidumbre o problemas (como caídas recientes o falta de popularidad). El inversor, temeroso de perder dinero, evita “correr riesgos”. Pero cuando el precio es alto, parece haber menos incertidumbre, aunque el riesgo real sea mayor.

5. Ilusión de tendencia

A la gente le cuesta imaginar cambios de tendencia. Si el precio está subiendo, creen que seguirá subiendo. Si está cayendo, suponen que podría caer más y evitan comprar, incluso cuando el precio es atractivo.

6. Especulación y codicia

Cuando algo está subiendo, muchos lo compran no porque crean en el valor real del activo, sino para intentar venderlo a un precio aún más alto. Es la famosa “burbuja especulativa”, donde el comportamiento a corto plazo anula el análisis racional.

Solución:

La paradoja

El secreto es disciplinar tus emociones, adoptar un enfoque a largo plazo y comprender los fundamentos de un activo. Comprar cuando es barato, en momentos de bajo nivel de alerta o pesimismo, puede ser la clave para generar valor real, pero requiere coraje y paciencia.