Este es otro intento de la industria del cifrado estadounidense de utilizar medios judiciales para desafiar el fuerte modelo regulatorio actual en los Estados Unidos.

Autor y fuente del artículo: TaxDAO

3. Dos casos emblemáticos de litigios sobre cifrado en Estados Unidos

El caso Ripple y el caso Terraform son dos casos históricos que la industria del cifrado estadounidense no puede evitar. En las sentencias de los dos casos, el tribunal definió los atributos legales de los criptoactivos desde diferentes perspectivas, lo que provocó una fuerte respuesta de la industria de las criptomonedas. El foco de las disputas en los dos casos es muy similar al foco de las disputas en este caso. Ambos casos discutieron la caracterización y supervisión de los criptoactivos, lo que servirá como una referencia importante para la dirección de futuras sentencias en este caso.

3.1 Caso de ondulación

3.1.1 Hechos básicos del caso

Ripple Labs, propietario de Ripple y su token de criptomoneda nativo XRP, se fundó en 2012 y es uno de los primeros pioneros en el espacio blockchain. XRP está diseñado para servir como una herramienta puente para facilitar las transacciones financieras, y su base de clientes son principalmente instituciones financieras. En diciembre de 2020, la SEC presentó una demanda contra Ripple Labs, su director ejecutivo Brad Garlinghouse y su cofundador Chris Larsen, alegando que emitieron valores ilegalmente mediante la venta de la criptomoneda XRP, recaudando un total de más de 1.300 millones de dólares. La SEC cree que XRP es esencialmente un contrato de inversión, de naturaleza similar a las acciones o bonos y, por lo tanto, debe cumplir estrictamente con las disposiciones pertinentes de las leyes de valores, incluido el registro en la SEC y la divulgación adecuada de información a los inversores. Sin embargo, Ripple no cumplió con estas obligaciones, violando las leyes de valores. Ripple ha argumentado que XRP es una moneda digital que funciona más como Bitcoin o Ethereum. Al mismo tiempo, XRP no cumple con los criterios establecidos por la prueba de Howey y no puede clasificarse como un valor. La demanda de la SEC ha conmocionado a la industria de la criptografía. Es la primera vez que la SEC presenta una demanda contra una criptomoneda convencional que ya está en circulación y es emblemática del conflicto más amplio entre la innovación y la regulación de los activos digitales. 

3.1.2 Resultado del juicio

En julio de 2023, un tribunal dictaminó que XRP (y todas las criptomonedas) no eran valores cuando se vendían al público en bolsas, sino valores cuando se vendían a inversores institucionales. El fallo provocó una fuerte reacción en el mercado, que provocó directamente que el precio de XRP aumentara un 70%. En agosto de 2024, el caso llegó a su veredicto final. En cuanto a si XRP debería reconocerse como un "valor", el tribunal utilizó un escenario de ventas para hacer la distinción. Por un lado está la venta institucional directa. El juez consideró que dichas ventas cumplían con la prueba de Howey. Las instituciones compraron XRP directamente de Ripple con el fin de esperar beneficiarse del aumento en el valor de XRP. Este era un contrato de inversión típico y era una emisión de valores. Por otro lado, las ventas programáticas de XRP en el mercado abierto no son valores. El juez señaló que los compradores del mercado abierto no sabían quiénes eran los vendedores y no tenían expectativas de obtener ganancias con Ripple. Dichas ventas programadas no cumplen con los criterios de los contratos de inversión y por lo tanto no constituyen emisiones de valores. En última instancia, el tribunal ordenó a Ripple pagar una multa civil de aproximadamente 125 millones de dólares, mucho menos que los casi 2 mil millones de dólares solicitados originalmente por la SEC y mayor que la intención original de Ripple de limitar la multa a 10 millones de dólares. A juzgar por los resultados, tanto Ripple como la SEC lograron ciertas victorias en este caso. Para Ripple, no tiene que pagar la enorme multa exigida por la SEC, y la SEC no tiene nada que ganar. Pero es obvio que las expectativas de la SEC quedaron muy decepcionadas, lo que llevó a la SEC a presentar un Aviso de Apelación en octubre de 2024 para apelar ante el Tribunal Federal del Segundo Circuito con la intención de revocar parte del fallo del tribunal de distrito. Según la respuesta del Tribunal Federal del Segundo Circuito, la SEC debe presentar el escrito inicial de la apelación antes del 15 de enero de 2025. Por lo tanto, existe una cierta posibilidad de que la sentencia en este caso sea revocada. 

3.1.3 Impacto posterior

En cuanto al impacto posterior del caso, por un lado, el caso Ripple aclaró el importante papel de los métodos de transacción en la caracterización de los criptoactivos. En el caso Ripple, el tribunal sostuvo que la venta de XRP al público a través del mercado secundario no constituía una transacción de valores, lo que indica que la forma en que se venden o comercializan los criptoactivos afectará la caracterización de los criptoactivos. Por otro lado, este caso limitará en cierta medida la ampliación del alcance regulatorio de la SEC sobre los criptoactivos. A menos que la SEC tenga éxito en el tribunal de apelaciones, la decisión del caso será vinculante en los Estados Unidos, lo que sigue la jurisprudencia, impidiendo a la SEC tratar una gran cantidad de criptoactivos como valores y incluirlos en el ámbito de la regulación. En general, el caso Ripple marca una importante victoria para la industria de la criptografía en su batalla contra el fuerte modelo regulatorio. Este fallo no sólo aumentó la confianza de los profesionales de las criptomonedas y condujo a una recuperación del sentimiento del mercado, sino que también puede convertirse en un importante punto de inflexión en el futuro panorama regulatorio.

3.2 Caso Terraform

3.2.1 Breve introducción al caso

Terraform Labs es una plataforma que proporciona tecnología blockchain y criptoactivos, y su fundador Do Kwon ha atraído inversores en el mercado secundario mediante el diseño y venta de múltiples criptoactivos, incluida su moneda estable nativa UST y su token LUNA. La moneda UST está vinculada al dólar estadounidense, mientras que su estabilidad depende "algorítmicamente" del apoyo de su token hermano LUNA. Sin embargo, el mecanismo de estabilización de Terraform encontró serios problemas en su funcionamiento real. En mayo de 2021, el precio de UST cayó de su ancla, pero Terraform pudo restablecer brevemente la vinculación de UST al celebrar un acuerdo secreto con una empresa externa. En 2022, UST volvió a caer por debajo de 1 dólar y, sin una intervención externa que lo respaldara, su valor se desplomó rápidamente, lo que provocó que LUNA también perdiera valor. La caída provocó una pérdida de más de 40 mil millones de dólares en valor de mercado y también arrastró a otros criptoactivos, incluido Bitcoin, lo que afectó aún más a todo el mercado de criptomonedas y llevó a que varias empresas se declararan en quiebra en 2022. En febrero de 2023, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) acusó a Terraform Labs y a su fundador Do Kwon de presunto fraude multimillonario en valores de criptoactivos no registrados. La SEC cree que Terraform violó las disposiciones de registro y antifraude de la Ley de Valores de 1933 y la Ley de Bolsa de Valores de 1934 al atraer inversores a través de múltiples declaraciones engañosas y prácticas engañosas. En junio de 2024, el Tribunal de Distrito de EE. UU. aprobó el acuerdo de conciliación de Terraform Labs por 4.500 millones de dólares con la SEC. Según el acuerdo, Terraform debe pagar casi 3.600 millones de dólares en devolución, 420 millones de dólares en sanciones civiles y aproximadamente 467 millones de dólares en intereses previos al fallo. Do Kwon y Terraform deben pagar conjuntamente 110 millones de dólares en devolución y 14,3 millones de dólares en intereses previos al fallo, y pagar de forma independiente una multa civil de 80 millones de dólares. Sin embargo, dado que Terraform se declaró en quiebra en enero de 2024, estas sanciones pueden ser difíciles de pagar en su totalidad y solo se tratarán como reclamaciones no garantizadas en una liquidación por quiebra. 

3.2.2 Resultados del juicio

El núcleo del fallo en el caso Terraform radica en la identificación de los atributos legales de UST y LUNA. El tribunal sostuvo que los compradores de estos criptoactivos esperaban razonablemente que sus tokens generaran ganancias y los consideraban una inversión rentable, y que los activos cumplían con la definición de un contrato de inversión según la prueba de Howey. El tribunal dictaminó además que todos los criptoactivos relacionados creados por Terraform, incluidos UST y LUNA, cumplían con la definición de contrato de inversión según la Ley de Valores de 1933 y debían clasificarse como valores. Vale la pena señalar que, en relación con el caso en el que 18 estados demandaron a la SEC, el tribunal respondió a la defensa de la Doctrina de las Preguntas Mayores planteada por Terraform. La Doctrina de las Preguntas Mayores exige: “En circunstancias excepcionales en las que una agencia afirma tener autoridad para regular una porción sustancial de la economía estadounidense de enorme importancia económica y política, debe indicar una autorización clara del Congreso de esa autoridad”. ) Hay poca comparabilidad entre Terra Labs y los casos en los que se aplica la Doctrina de las Preguntas Mayores (como los casos que involucran a las industrias tabacalera y energética de Estados Unidos). (2) La regulación por parte de la SEC de ciertos criptoactivos cuando determina que son valores difícilmente constituye una expansión transformadora de sus poderes regulatorios. Al mismo tiempo, de manera similar a los motivos del procesamiento en dieciocho estados, Terraform afirmó que la SEC violó la (Ley de Procedimiento Administrativo). En este sentido, el tribunal rechazó: La identificación por parte de la SEC de los activos digitales de Terraform como un contrato de inversión no puede negarse basándose únicamente en la (Ley de Procedimiento Administrativo). La SEC no promulgó una nueva política en este caso, sino que simplemente implementó su política previamente establecida. Al mismo tiempo, el tribunal confirmó que la acusación de la SEC alegaba plenamente que la oferta y venta de tokens como LUNA por parte de Terraform equivalía a una oferta pública ilegal de valores no registrados, y que hizo declaraciones falsas o engañosas en el proceso de emisión y se benefició de ello. . 

3.2.3 Impacto posterior

El fallo en el caso Terraform respalda la postura regulatoria de la SEC y ha provocado una preocupación generalizada en la industria de los criptoactivos. Específicamente: En primer lugar, se propone nuevamente un enfoque cualitativo de los criptoactivos. El caso Terraform muestra que los criptoactivos negociados en el mercado secundario pueden reconocerse como valores siempre que pasen la prueba de Howey, especialmente si los inversores tienen expectativas razonables de obtener beneficios de los esfuerzos del emisor. En segundo lugar, fortalece el poder regulatorio de la SEC sobre el mercado de las criptomonedas. Durante el proceso de ejecución, la SEC ha citado el fallo en el caso Terraform en demandas contra otros intercambios de criptoactivos, como los casos de Binance y Coinbase, que pueden promover aún más la supervisión integral del mercado de activos digitales por parte de la SEC. En tercer lugar, emitió una advertencia a la industria del cifrado, exigiendo a los profesionales de la industria del cifrado que presten atención a los riesgos legales en el diseño y comercialización de activos de cifrado. 

3.3 Resumen

Si bien los casos Terraform y Ripple giraron en torno a la caracterización de los criptoactivos, hubo diferencias significativas en los resultados de los dos casos. En el caso Ripple, el tribunal sostuvo que las ventas de XRP en el mercado secundario no constituían transacciones de valores, mientras que el caso Terraform dictaminó que UST y LUNA cumplían con la definición de contratos de inversión. Esta diferencia, en primer lugar, exacerba la inseguridad jurídica en el campo de los activos digitales. El fallo en el caso Ripple enfatizó la importancia del método de las transacciones, afirmando que las transacciones anónimas en los mercados secundarios no necesariamente pueden cumplir con los requisitos de una "empresa conjunta" o "dependencia de los esfuerzos de otros para obtener ganancias" según la prueba de Howey. El caso Terraform prestó más atención a las expectativas de ganancias de los inversores y al comportamiento del emisor, lo que indica que incluso en las transacciones del mercado secundario, siempre que los esfuerzos del emisor desempeñen un papel clave en los rendimientos de los inversores, todavía se puede reconocer como una transacción de valores. Esta diferencia en las leyes aplicables añade incertidumbre a la industria de activos digitales. En segundo lugar, afecta la estrategia regulatoria de la SEC, lo que puede conducir a una recurrencia de la postura regulatoria de la SEC. En el caso Terraform, los reclamos de la SEC fueron confirmados por el tribunal, que fortaleció su autoridad regulatoria sobre el comercio de criptoactivos en el mercado secundario. En el caso Ripple, el fallo del tribunal limitó la ampliación de la supervisión de las transacciones del mercado secundario por parte de la SEC. Esta contradicción refleja que la estrategia regulatoria de la SEC en el campo de los activos digitales debe ajustarse caso por caso, y las restricciones pueden compensarse en el futuro con una supervisión más segmentada del comportamiento de los emisores. Al mismo tiempo, provoca fluctuaciones en el mercado y afecta la dirección del desarrollo de la industria. El caso Terraform y el caso Ripple envían señales muy diferentes al mercado. El caso Terraform se considera un apoyo a los poderes regulatorios de la SEC, que ha aumentado las expectativas del mercado de una regulación estricta y puede tener un cierto efecto inhibidor sobre la innovación de los criptoactivos. El caso Ripple fue visto como una victoria para la industria de la criptografía, ya que impulsó el sentimiento del mercado y elevó el precio de los activos digitales en el corto plazo. Este doble impacto puede hacer que el mercado muestre una volatilidad más pronunciada en el próximo período. Además, esas repetidas decisiones judiciales pueden impulsar la claridad legislativa. La diferencia en las sentencias en los dos casos muestra que las leyes de valores existentes son inadecuadas para abordar la complejidad de los activos digitales. Los resultados de los casos Ripple y Terraform pueden llevar al Congreso de los Estados Unidos a promover aún más una legislación especial sobre activos digitales para aclarar sus atributos legales y su alcance regulatorio.Sólo a través de una legislación sistemática se podrá resolver la actual ambigüedad regulatoria causada por diferencias en las interpretaciones judiciales. En ese sentido, el FIT21, que aún debe ser votado por el Senado, puede mejorar la situación.