La repentina decisión de Michael Barr de dimitir como vicepresidente de supervisión de la Reserva Federal acaba de confirmar lo que todo el mundo preveía: un choque total entre Donald Trump y la Reserva Federal.
Barr, que planea mantener su cargo hasta julio de 2026, hizo el anuncio el lunes y dijo que dimitirá el próximo mes, si no antes.
Trump, que ha querido hacerse cargo del marco regulatorio de la Reserva Federal, ahora tiene una oportunidad de oro para remodelarlo. Pero no te pongas demasiado cómodo. Barr no irá a ninguna parte. Planea continuar como gobernador de la Reserva Federal hasta 2032, asegurándose de poder opinar en las decisiones clave.
Trump y Barr están en curso de colisión
Trump y Barr tienen ideas diferentes sobre cómo deberían funcionar las regulaciones financieras. Barr ha sido una espina clavada en Wall Street y en la industria de las criptomonedas, presionando por una supervisión más estricta y reglas más estrictas. Por otro lado, Trump cree en la desregulación.
Incluso antes de que Barr dimitiera, las tensiones estaban aumentando. A Trump no le gusta el liderazgo actual de la Reserva Federal, aunque ha decidido no despedir a Jerome Powell, cuyo mandato como presidente se extiende hasta mayo de 2026. Esa distensión temporal calmó a los mercados por un tiempo, pero las acciones de Barr ahora lo han perturbado.
Él mismo aludió a la medida en una declaración a Bloomberg, diciendo que posibles desafíos legales a su cargo hacían poco práctico permanecer en el puesto. Lo llamó una "distracción" pero, por supuesto, evitó convenientemente mencionar el nombre de Trump.
El próximo paso del presidente podría ser nominar a Michelle Bowman, una de sus designadas en 2018, para asumir el cargo de Barr.
Wall Street y las criptomonedas dicen "bien hecho"
El mercado no espera a reaccionar. Las acciones bancarias se dispararon inmediatamente después de que se hiciera pública la renuncia de Barr. El ETF de SPDR S&P Bank saltó más del 1%, lo que indica alivio en Wall Street. Los inversores ven esto como la oportunidad de Trump para alejar a alguien más empresarial y amigable con las criptomonedas de la mano dura de los reguladores que pesa sobre sus cabezas.
La salida de Barr también detuvo varios proyectos regulatorios importantes, en particular el proyecto de Basilea, un conjunto de reglas destinadas a reforzar la supervisión de la industria bancaria, que condujo a la infame Operación Bloque 2.0.
Sus políticas son la razón principal por la que los bancos evitan involucrarse en criptomonedas o brindar servicios de custodia a empresas de criptomonedas. La industria odia eso, y con la partida de Barr, el progreso en esta reforma efectivamente se congeló.
El vicepresidente a cargo de la función de supervisión, creado después de la crisis financiera de 2008, está diseñado para evitar otro colapso de las principales instituciones financieras. El mandato de Barr incluye manejar las consecuencias del colapso en 2023 del Silicon Valley Bank y otros bancos regionales.
Estas crisis obligaron a la Reserva Federal a introducir medidas de liquidez de emergencia para evitar un colapso más amplio.