En el escenario del comercio, el miedo y la codicia van de la mano; son tanto un desafío como una oportunidad.
Frente a estas dos emociones, la clave está en cómo manejarlas con sabiduría.
En momentos de ganancias flotantes, el miedo puede hacernos perder oportunidades, temiendo que las ganancias en mano se escapen; mientras que en momentos de pérdidas flotantes, la confianza excesiva puede provocar codicia, llevando a aumentar posiciones ciegamente.
Estas dos emociones extremas a menudo se desvían de los principios de negociación sólidos.
Sin embargo, cuando somos moderadamente codiciosos en momentos de ganancias, buscando más; y moderadamente temerosos en momentos de pérdidas, deteniendo las pérdidas a tiempo, estas emociones pueden convertirse en catalizadores de ganancias.
La clave está en encontrar un punto de equilibrio, permitiendo que el miedo y la codicia se conviertan en aliados en el comercio, en lugar de obstáculos.
Dominar este arte es lo que permite navegar en el océano del comercio, avanzando con firmeza.