Los cielos sobre nosotros no son sólo espacio vacío; Están repletos de miles de satélites, incluidos los diseñados para observar nuestro planeta. Actualmente, más de 8.000 satélites activos orbitan la Tierra, y más de mil se centran en la observación de la Tierra.

En este panorama en constante evolución, la convergencia de la tecnología satelital y la inteligencia artificial (IA) está lista para revolucionar la forma en que usamos las imágenes satelitales y quién puede acceder a ellas.

Satélites: de secretos de la guerra fría a herramientas cotidianas

En los primeros días de la tecnología satelital, durante la era de la Guerra Fría, el lanzamiento de satélites marcaba la destreza de un país en materia de cohetes y proporcionaba capacidades de vigilancia cruciales. Estos satélites eran en gran medida dominio de los gobiernos, pero hoy en día, las empresas privadas se han sumado a la carrera espacial, desplegando satélites para diversos fines, desde cobertura de Internet hasta observación de la Tierra.

Entre los desafíos clave en la industria satelital se encuentra el análisis y la interpretación de las grandes cantidades de datos recopilados. Las nuevas herramientas de inteligencia artificial, como el modelo Segment Anything de Meta, ahora están demostrando ser efectivas para identificar objetos dentro de imágenes satelitales, agilizando el proceso de extracción de información.

Uno de los avances más importantes en la utilización de imágenes satelitales es la integración de grandes modelos de lenguaje como ChatGPT de OpenAI. En colaboración con Microsoft, empresas como Planet Labs pretenden crear una “Tierra consultable”, que permita a las personas interactuar con los datos de la superficie de la Tierra como los científicos consultan bases de datos. 

Esta democratización de la inteligencia satelital, que alguna vez fue dominio exclusivo de agencias gubernamentales clasificadas y de aquellas con recursos sustanciales, está a punto de volverse accesible para cualquier persona con una conexión a Internet.

Una breve historia del reconocimiento satelital

El uso de satélites para vigilancia y recopilación de inteligencia se remonta a los primeros días de la Guerra Fría. En respuesta al lanzamiento del Sputnik 1 por parte de la Unión Soviética en 1957, el presidente Dwight D. Eisenhower autorizó el programa Corona para desarrollar capacidades de reconocimiento por satélite.

En 1960, Estados Unidos había recibido su primera imagen satelital de los aeródromos soviéticos. Las décadas siguientes fueron testigos del crecimiento de la vigilancia por satélite, centrada principalmente en monitorear las capacidades del enemigo y garantizar el cumplimiento de los tratados, incluidas las disposiciones de vigilancia por satélite.

La tecnología satelital siguió avanzando rápidamente, pasando de la recopilación de datos basada en películas a la transmisión en tiempo real. Inicialmente diseñados para la observación geológica, los satélites Landsat desempeñaron un papel crucial en esta evolución. 

En 1972, ya estaban transmitiendo datos multiespectrales a la Tierra, mejorando significativamente las capacidades de vigilancia. Sin embargo, esta riqueza de datos permaneció clasificada durante toda la Guerra Fría.

Comercialización y democratización

El punto de inflexión se produjo en 1992, cuando el Congreso aprobó la Ley de Política de Teledetección Terrestre, que permitía a las empresas comerciales operar satélites y vender sus datos. Este cambio legislativo marcó el nacimiento de la industria espacial comercial, impulsada por los avances en la potencia informática, la conectividad a Internet y una mayor demanda de servicios.

A pesar del rápido crecimiento de la industria de los satélites comerciales, algunos aspectos permanecieron bajo control gubernamental debido a preocupaciones de seguridad nacional. Los satélites que utilizan radares de apertura sintética (SAR), que pueden producir imágenes claras incluso en condiciones adversas, estuvieron restringidos durante mucho tiempo. 

Sin embargo, esto cambió en 2015 cuando XpressSAR recibió la primera licencia comercial para operar satélites SAR en Estados Unidos. La demanda internacional de capacidades de imágenes SAR ha llevado a otros países, como ICEYE de Finlandia, a suministrar estas tecnologías para diversas aplicaciones, incluido el monitoreo de conflictos.

Los operadores de satélites comerciales han ampliado su base de clientes más allá de los contratos federales. Hoy en día, los clientes van desde firmas de inversión que monitorean la actividad industrial hasta compañías agrícolas que evalúan la salud de los cultivos y compañías mineras que rastrean los cambios de elevación. La industria de los satélites sigue creciendo a medida que disminuye el coste de lanzar satélites al espacio.

El verdadero potencial de los datos satelitales reside en su interpretación. Los avances recientes en el aprendizaje automático, en particular la inteligencia artificial, han simplificado el análisis de datos satelitales. 

Herramientas como Segment Anything Model de Meta y grandes modelos de lenguaje como ChatGPT permiten una extracción más eficiente y precisa de información de imágenes satelitales. Esta transformación está haciendo que los datos satelitales sean más accesibles y valiosos que nunca.