La forma más sencilla de juzgar si una narrativa es buena

es con dos palabras: ¡Qué increíble!

Lo que se puede transmitir en una frase es impresionante, lo demás son solo tonterías

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Al ver una buena narrativa, en lo más profundo del corazón hay una intuición que te hace exclamar: ¡Qué increíble!

Sin embargo, muchas narrativas se escuchan durante mucho tiempo y uno piensa, ¿qué es esto? Entonces se vuelve mucho más débil.