Los comerciantes e inversores de criptomonedas difieren significativamente en su enfoque hacia los activos digitales.
Los comerciantes compran y venden activamente, con el objetivo de beneficiarse de las fluctuaciones de precios a corto plazo.
Pueden emplear análisis técnico, sentimiento del mercado y otras estrategias para cronometrar sus operaciones.
En contraste, los inversores se centran en el potencial de crecimiento a largo plazo.
Investigan las tecnologías subyacentes y los fundamentos, buscando activos con perspectivas futuras prometedoras.
Los inversores a menudo adoptan una estrategia de "comprar y mantener", creyendo en la propuesta de valor a largo plazo de sus criptomonedas elegidas.