La historia tecnológica más grande del año es el ascenso de Elon Musk a la omnipresencia y un nivel sin precedentes de poder global. En 2024, logró convertirse en el hombre no elegido más influyente del mundo. Tiene la atención del presidente de los Estados Unidos y la influencia sobre las mismas agencias que podrían restringir sus empresas. Esas empresas se han vuelto vitales para la infraestructura digital de muchas naciones. Su billetera hace que los legisladores estadounidenses se arrodillen o se acobarden, sus tweets hacen que los líderes de todo el mundo vitoreen o enloquezcan.