El Departamento de Eficiencia Gubernamental (D.O.G.E) de Elon Musk, recién establecido, tiene como objetivo recortar $2 billones del gasto federal, una propuesta que ha generado un acalorado debate entre economistas y responsables políticos. Los críticos argumentan que tales recortes profundos son impracticables, dado que el 75% del presupuesto federal está vinculado a programas obligatorios como el Seguro Social, Medicare y los intereses de la deuda nacional.
Para lograr estos recortes, D.O.G.E puede apuntar al gasto discrecional, que financia servicios esenciales como defensa, educación y transporte. Medidas agresivas, incluidos despidos y cierres de agencias, podrían resultar en una interrupción generalizada, arriesgando un cierre gubernamental similar al estancamiento de 2018-2019 que costó a la economía $11 mil millones. Los analistas también advierten que estas acciones podrían desencadenar un "shock deflacionario", reducir el gasto del consumidor y exacerbar la inestabilidad del mercado.
A pesar de la reputación de Musk por su audaz innovación, los escépticos cuestionan si su enfoque sobre la reforma del gasto federal puede ofrecer resultados significativos sin repercusiones económicas severas. A medida que los mercados reaccionan a su influencia, crecen las preocupaciones de que el plan podría profundizar la deuda nacional y desestabilizar la frágil recuperación económica.
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