En 2024, los hackeos de criptomonedas provocaron pérdidas por 2.300 millones de dólares, un aumento interanual del 40 % impulsado por vulnerabilidades de seguridad en las bolsas centrales y los custodios, aunque todavía un 37 % por debajo del máximo histórico de 3.780 millones de dólares de 2022.