Estados Unidos podría reducir significativamente su deuda nacional mediante el establecimiento de una reserva estratégica de Bitcoin, según un informe reciente de la firma de gestión de activos VanEck.
La firma estima que para 2049, una reserva así podría reducir la deuda nacional en hasta un 35%, alineándose con proyecciones de estudios similares que prevén beneficios financieros sustanciales.
🔶 Proyecciones audaces de VanEck
El análisis de VanEck se basa en la tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) potencial de Bitcoin del 25%, lo que impulsaría su precio a $42.3 millones por moneda para 2049. Este escenario asume que EE. UU. acumula 1 millón de Bitcoin, una propuesta defendida por la senadora Cynthia Lummis a través de su Ley de Reserva de Bitcoin. VanEck sugiere que con esta estrategia, aproximadamente $42 billones de la proyectada deuda nacional de $119.3 billones en 2049 podrían ser compensados.
“La integración de Bitcoin en las reservas nacionales no solo serviría como un hedge financiero, sino que también podría proporcionar una vía única para la reducción de la deuda nacional sin cargas adicionales para los contribuyentes,” dijo Matthew Sigel, jefe de Investigación de Activos Digitales de VanEck.
Interés a Nivel Nacional y Estatal
La idea de incorporar Bitcoin en las reservas nacionales ha ganado impulso en medio de la creciente adopción institucional. El presidente electo Donald Trump ha expresado apertura para crear una reserva estratégica de Bitcoin, un movimiento que refleja la postura más amplia amigable con las criptomonedas de su administración. Trump comentó recientemente: “Vamos a hacer algo grandioso con las criptomonedas... queremos liderar, no seguir.”
A nivel estatal, ya hay iniciativas en marcha. Estados como Pennsylvania, Texas y Ohio han propuesto legislación para asignar partes de sus reservas a Bitcoin. Por ejemplo, Texas busca establecer una reserva estatal de Bitcoin, señalando un creciente interés en activos descentralizados como herramientas financieras.
Desafíos y Escepticismo
A pesar del entusiasmo, la propuesta enfrenta un escepticismo significativo. El capitalista de riesgo Nic Carter y el inversor Peter Schiff han cuestionado la viabilidad de tal reserva. Él sugirió además la estrategia alternativa: crear una moneda digital respaldada por EE. UU. llamada USAcoin, que tendría una mejor oportunidad de hacer viables los pagos en cadena y fomentar la estabilidad económica global.
Además, los críticos señalan la volatilidad inherente de las criptomonedas, lo que podría complicar su papel como un activo de reserva estable. Otras preocupaciones incluyen problemas regulatorios y si el público aceptaría incluso usar Bitcoin como moneda de reserva.
🔶 EE. UU. se enfrenta a un cruce de caminos en el liderazgo de adopción de Bitcoin
Si se adopta, una reserva de Bitcoin en EE. UU. podría reformar el panorama financiero global. VanEck predice que Bitcoin podría representar hasta el 18% de los activos financieros globales para 2049, en comparación con solo el 0.22% hoy. Este aumento desafiaría el dominio de las monedas fiduciarias tradicionales y se alinearía con las tendencias entre las naciones BRICS, que están aprovechando Bitcoin para reducir la dependencia del dólar estadounidense en el comercio.
Países como Rusia y Brasil ya están integrando Bitcoin en sus estrategias económicas. Rusia se ha asociado con aliados de BRICS para mejorar la infraestructura de minería de Bitcoin, mientras que Brasil ha propuesto legislación que destinaría el 5% de sus reservas internacionales a Bitcoin.
Según un informe de VanEck, Bitcoin puede posicionarse para transformar el panorama financiero en lo que respecta a la reducción de cargas de deuda, diversificación de reservas y construcción de resiliencia. Ese potencial requerirá una acción legislativa reflexiva, aceptación pública e institucional, y una continua maduración de los mercados de criptomonedas.
A medida que el interés global y nacional en la adopción de Bitcoin se acelera, EE. UU. enfrenta una oportunidad para liderar en la integración de sistemas financieros descentralizados, o arriesgarse a quedarse atrás en un orden económico de rápida evolución.