Tras nuestro análisis anterior, anticipamos la respuesta del mercado a los sólidos indicadores económicos estadounidenses de la semana pasada, en particular en lo que respecta a la fortaleza del dólar frente al euro. Después de experimentar una notable tendencia bajista, el euro logró recuperar algunas pérdidas, en concreto volviendo a probar nuestra orden pendiente en 1,04380. Mientras escribo este artículo el 23 de diciembre de 2024, el par de divisas cotiza alrededor de 1,04130, lo que supone un rechazo a nuestro punto de entrada.
El lunes, el dólar estadounidense (USD) se estabilizó después de una caída significativa el viernes. Esta liquidación fue provocada por un crecimiento más débil de lo esperado en el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) de Estados Unidos. En concreto, el PCE básico (una métrica clave de inflación favorecida por la Reserva Federal) aumentó un 2,8%, por debajo del 2,9% proyectado. En términos mensuales, tanto la inflación general como la inflación básica del PCE aumentaron apenas un 0,1%, lo que generó especulaciones sobre la trayectoria de la Reserva Federal en relación con los ajustes de las tasas de interés en 2025.
Los funcionarios de la Reserva Federal están comenzando a señalar expectativas de menos recortes de tasas en el próximo año, ya que el proceso de desinflación parece estar desacelerándose y surgen incertidumbres sobre cómo las próximas políticas de inmigración, comercio e impuestos del presidente electo Donald Trump podrían afectar la economía.
Dadas las perspectivas actuales, anticipamos una continuación de las tendencias bajistas en el mercado.
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