David Sachs, un influyente capitalista de riesgo de Silicon Valley y estrecho aliado de Elon Musk, se ha visto marginado en Washington antes de que comience oficialmente el segundo mandato de Donald Trump.

Se dice que INSAX, que inicialmente se presentó como el “zar de la IA y las criptomonedas” de la administración entrante, es una mella de los asesores de ciencia y tecnología recién creados.

En cambio, su papel se ha reducido a un mero puesto de asesoramiento, lo que plantea dudas sobre su influencia en la ambiciosa agenda tecnológica de Trump.

El informe dice que su negativa a retirar completamente sus inversiones de su empresa de inversiones Craft Ventures y su insistencia en mantener sus relaciones con el sector privado complicaron seriamente las cosas. "Se dieron cuenta de que necesitaban a alguien que pudiera dirigir las operaciones a tiempo completo", dijo una fuente.

El ascenso de Cratesius: llenar el vacío operativo

Esa persona es Michael Kratsios, ex director de tecnología de Trump, quien lidera los esfuerzos tecnológicos de la administración.

Su experiencia previa durante la primera administración Trump lo convierte en la elección natural para dirigir las operaciones diarias en el espacio tecnológico, desde la política de inteligencia artificial hasta las regulaciones de telecomunicaciones. Lo ayuda Gale Slater, otra figura clave de la administración, que se centra en cuestiones de telecomunicaciones y antimonopolio.

El nuevo cargo de Sachs entra en la categoría de "empleado gubernamental especial", una designación que le permite continuar dirigiendo Craft Ventures mientras asesora a la gerencia. Esta configuración evita las formalidades de la confirmación del Senado, pero plantea preocupaciones éticas.

"La desinversión no lo complica", dijo una fuente cercana a la situación. "Incluso en una administración que aborda los conflictos de intereses de manera informal, esto se ha convertido en un problema".

A pesar de la reducción de responsabilidades, Sachs enj sigue cerca del poder. Se le ha visto con frecuencia en la finca Mar-a-Lago de Trump y en el Capitolio, donde se ha reunido con legisladores como Rand Paul.

Pero el entusiasmo que inicialmente rodeó el nombramiento de Saxe ahora se transfirió a Cratesius y sus capacidades operativas. "Todo el mundo quería conocer a Sachs", dijo una fuente. "Ahora quieren saber qué puede ofrecer Cratzius".

Los chicos de Silicon Valley están por todo el gabinete de Trump. El director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, al frente del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) con el ex ejecutivo farmacéutico Vivek Ramaswamy.

Pero Sachs no es tan famoso como Elon en su mundo. Si bien es coanfitrión de un popular podcast centrado en el capital de riesgo y cuenta con una cartera de 3.000 millones de dólares en Craft Ventures, su perfil fuera de la burbuja tecnológica es mucho menor.

La geopolítica añade complejidad. Sachs lleva tiempo advirtiendo de los avances que ha realizado China en el campo de la inteligencia y la tecnología artificiales, considerando que Estados Unidos debe seguir a la vanguardia. Su posición se alinea con la campaña de desregulación de Trump, pero plantea dudas sobre los controles de exportación, la fabricación de chips y el almacenamiento de datos confidenciales de IA.

Sachs también se ha enfrentado con grandes empresas de tecnología por sus operaciones en China, criticando a empresas como Alphabet y Meta por adherirse a reglas estrictas en China mientras obtienen beneficios de los mercados estadounidenses. “A largo plazo, las grandes tecnológicas tendrán que elegir bando”, dijo Sachs en un comunicado de 2021.

Su llamado a un “desacoplamiento” de los mercados tecnológicos de Estados Unidos y China resuena en algunas personas, pero aliena a otras que se preocupan por las consecuencias económicas.

La permanencia de Sachs en Twitter, tras la desordenada adquisición de Musk, ofrece una idea de su estilo de gestión. Sachs era conocido por sus reuniones sorpresa y su enfoque sensato, a menudo chocando con los empleados. "No entendía cómo funcionaba la plataforma", dijo un ex empleado de Twitter. "Fue un desastre".

Durante su tiempo en Twitter, se centró en nuevas fuentes de ingresos, como suscripciones y pagos, pero su falta de familiaridad con los modelos existentes frustró a los empleados. "No tenía idea de LinkedIn Premium o YouTube Plus", dijo una fuente.

Su papel en el lanzamiento de los controvertidos "Archivos Twitter" polarizó aún más las opiniones, y los críticos lo acusaron de priorizar la ideología sobre la carrera.