Luxemburgo vuelve a dar un paso adelante, demostrando que la blockchain no es solo una moda, sino una herramienta real para cambiar el sector financiero. Su nueva "Ley de Blockchain 4" suena como parte de una franquicia, pero en lugar de una película de espías, estamos viendo cambios serios en la gestión de valores.
Un sistema de dos niveles, donde hay tanto gerentes centrales como depositarios, parece un intento de eliminar la burocracia excesiva, pero al mismo tiempo mantener todo bajo control. Es como actualizar un software viejo a uno nuevo: la interfaz es más sencilla, pero la funcionalidad sigue siendo la misma. Y lo más importante: los bancos y las empresas de inversión pueden operar en este sistema sin necesidad de papeleo adicional dentro del país. Bueno, notificar a la CSSF, por supuesto, será necesario, pero suena mucho más sencillo que obtener una licencia.
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