Al interactuar con los demás, es fundamental saber cuándo avanzar y cuándo retroceder, así como entender las profundidades de las relaciones. Cada persona tiene su propio espacio personal y una distancia segura. No sobreestimes tu relación con nadie; la cercanía y la lejanía deben estar en equilibrio. Tener un sentido de límites es la mejor educación para los adultos y la forma más elevada de respeto.