El presidente ruso Vladimir Putin reconoció la inflación como un gran desafío para Rusia durante su sesión anual de preguntas y respuestas “Línea Directa” el jueves, describiendo la economía como “sobrecalentada”.

Hablando a los ciudadanos rusos, Putin delineó los esfuerzos del gobierno para abordar el aumento de los precios. “Hay algunos problemas aquí, a saber, la inflación, un cierto sobrecalentamiento de la economía, y el gobierno y el banco central ya tienen la tarea de reducir el ritmo”, dijo Putin, según una traducción de Reuters.

El índice de precios al consumidor de Rusia alcanzó el 8.9% en noviembre en comparación con el mismo período del año pasado, aumentando desde el 8.5% en octubre. Los precios de los alimentos, particularmente los de la leche y los productos lácteos, fueron los principales impulsores del aumento.

Las presiones inflacionarias se han visto agravadas por un rublo debilitado, que ha elevado el costo de las importaciones, y unos gastos militares en aumento, lo que ha puesto presión sobre los recursos laborales y de producción. La economía de Rusia bajo Putin ha sido interesante desde que invadió Ucrania en 2022.

Aumento de precios y crecimiento salarial

“Por supuesto, la inflación es una señal alarmante”, comentó Putin, según Interfax. Señaló que los salarios han crecido un 9% en términos reales, superando ligeramente a la inflación, mientras que los ingresos disponibles también han aumentado.

Los comentarios surgieron cuando se esperaba que el banco central de Rusia aumentara su tasa de interés de referencia en 200 puntos básicos al 23% el viernes, marcando el nivel más alto en una década.

Putin atribuyó parcialmente el aumento de los precios a las sanciones internacionales, afirmando que las restricciones externas han incrementado los costos logísticos. Sin embargo, también criticó las políticas monetarias internas, insinuando que podrían haberse empleado estrategias alternativas para frenar la inflación.

“También hay factores subjetivos, y hay nuestras deficiencias”, dijo, enfatizando la necesidad de decisiones oportunas para estabilizar los precios.

BRICS Pay y desafíos monetarios

Mientras tanto, las tensiones geopolíticas sobre la dinámica de la moneda global se han intensificado desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de EE. UU. en noviembre. En la cumbre de BRICS de este año en Rusia, Putin presentó BRICS Pay, un sistema de pago diseñado para eludir el sistema financiero global centrado en el dólar.

Sin embargo, el presidente electo de EE. UU., Donald Trump, advirtió sobre severas consecuencias para las naciones que busquen dejar de lado al dólar. Trump amenazó con aranceles del 100% a los países de BRICS que intenten reemplazar al dólar en el comercio, afirmando: “Deben esperar despedirse de vender en la maravillosa economía de EE. UU.”

Aunque el dominio del dólar estadounidense ha disminuido a lo largo de los años, sigue siendo la moneda de reserva del mundo. Dado los desafíos de la desdolarización y la posibilidad de medidas represalias por parte de EE. UU., incluyendo el congelamiento de tenencias en dólares, se espera que los esfuerzos de BRICS para alejarse del dólar sean graduales y limitados.

¿Se está colapsando BRICS?

BRICS, originalmente un concepto económico, ha evolucionado hacia un bloque con matices políticos. El grupo, que inicialmente incluía a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se expandió el año pasado para incluir a Egipto, Etiopía, Irán y los EAU.

Sin embargo, esta expansión no ha sido recibida universalmente. El gobernador del banco central de India, Shaktikanta Das, aclaró el 6 de diciembre que el país no está persiguiendo la desdolarización ni trabajando hacia una moneda común de BRICS. La declaración de Das siguió a la dura crítica de Trump sobre las ambiciones de BRICS de socavar la supremacía del dólar.

El presidente de Argentina, Javier Milei, conocido por su postura anarcocapitalista, se retiró de BRICS poco después de asumir el cargo en diciembre de 2023. Citó diferencias ideológicas, negándose a “aliarse con comunistas”.

Del mismo modo, el compromiso de Arabia Saudita con BRICS sigue siendo ambiguo. Antes de la cumbre de octubre en Kazán, Rusia, el gobierno saudita se abstuvo de afirmar su estatus de membresía. Mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, asistió a la cumbre y expresó su compromiso de fortalecer los lazos con BRICS, se detuvo antes de prometer la membresía completa.

La posición poco clara de Arabia Saudita llevó al ministerio de relaciones exteriores de Rusia a retractarse de una declaración anterior en la que se refería a ella como un miembro de BRICS.

Las críticas a la reciente expansión del bloque también han surgido desde dentro. Jim O’Neill, el economista que acuñó el término “BRICS”, ha cuestionado su dirección. Hablando en un evento en Londres en noviembre, O’Neill desestimó la evolución del grupo hacia una entidad política y describió su expansión como un movimiento impulsado más por el simbolismo que por la sustancia.

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