Las ballenas, o grandes inversores, pueden influir significativamente en los movimientos del mercado gracias a sus importantes tenencias. A continuación, se muestra cómo pueden manipular el mercado:
Pump and Dump: las ballenas compran una gran cantidad de un activo específico, inflando artificialmente su precio. Esto atrae a inversores más pequeños, que luego compran, lo que aumenta aún más el precio. Una vez que el precio alcanza un pico, las ballenas venden sus tenencias, lo que provoca una caída abrupta del precio y deja a los inversores más pequeños con pérdidas.
Falsificación: las ballenas colocan órdenes de compra o venta importantes sin la intención de ejecutarlas. Esto crea una falsa sensación de actividad en el mercado, lo que influye en otros operadores para que reaccionen y, potencialmente, muevan el precio a favor de la ballena. Una vez que se logra el movimiento de precio deseado, la ballena cancela sus órdenes y se beneficia del cambio de precio resultante.
Operaciones de lavado: Los grandes inversores participan en transacciones autoefectuadas comprando y vendiendo el mismo activo entre sus propias cuentas. Esto crea un volumen artificial y puede dar la impresión de alta liquidez y actividad de comercio, atrayendo a inversores más pequeños.
Front Running: Los grandes inversores pueden tener acceso a información no pública o a una ejecución de órdenes más rápida, lo que les permite beneficiarse de órdenes grandes pendientes colocadas por otros participantes del mercado. Pueden anticipar estas órdenes comprando o vendiendo el activo antes de la orden más grande, capitalizando el movimiento de precios anticipado.
Es importante señalar que la manipulación del mercado es ilegal y puede tener graves consecuencias para quienes participan en ella. Los reguladores monitorean activamente los mercados para detectar y prevenir tales actividades.
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