La verdad contundente es: a nadie le importa si una moneda será útil o no, ¡déjela que se desintegre! La gente busca ganancias, nada más que eso. Es comprar al mínimo más bajo posible y vender al máximo más alto imaginable. Podría ser la moneda que ayudará a curar el cáncer, pero a nadie le importa. El plan consiste en fundir cualquier moneda que pueda hacerlos ricos. ¡Fin de la conversación!