Completa procesos que tomarían 10 septillones de años en minutos.

Google ha presentado su chip cuántico de próxima generación, llamado Willow, que representa un avance significativo en la computación cuántica, capaz de completar en minutos los mismos cálculos que incluso las supercomputadoras más poderosas de hoy tomarían 10 septillones de años en completar.

El gigante tecnológico Google ha desarrollado un nuevo chip en el campo de la computación cuántica que ha asombrado al mundo científico. Este chip, que tiene solo 4 cm² de tamaño, puede completar en solo cinco minutos las operaciones que tomarían a las computadoras más rápidas del mundo moderno 10,000,000,000,000,000,000,000,000 años. Este tiempo es incluso muchas veces más antiguo que el universo conocido. Los científicos describen este desarrollo extraordinario como "inconcebible".

Este chip, llamado "Willow", fue desarrollado en Santa Bárbara. A pesar de ser del tamaño de una pastilla de menta, su rendimiento abre la puerta a una nueva era en la computación cuántica. Willow, en particular, acelera el desarrollo de nuevos medicamentos y reduce los procesos que toman años en las etapas experimentales a minutos.

Este rendimiento innovador solo es posible gracias a los principios básicos de la computación cuántica. Utilizando el principio de que la materia puede existir en más de un estado al mismo tiempo, la tecnología funciona como si estuviera resolviendo un problema en muchos universos al mismo tiempo. "Esta velocidad apoya la idea de que la computación cuántica tiene lugar en universos paralelos," dijo Hartmut Neven, fundador de Google Quantum AI.

Medir la velocidad de Willow es un gran hito en la comprensión del potencial de la computación cuántica. La capacidad de realizar operaciones que están más allá de las capacidades de las computadoras modernas en un tiempo tan corto tiene el potencial de revolucionar la medicina y la ciencia de materiales. Según Google, la increíble velocidad ofrecida por el chip podría ser utilizada en el desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial, generando soluciones energéticas como la fusión nuclear y sistemas de imagen médica. Por ejemplo, las resonancias magnéticas podrían ser leídas a nivel atómico, creando nuevos conjuntos de datos sobre el cuerpo humano.