Lo que realmente cambia nuestro destino no son nuestras oportunidades, sino nuestra actitud. La llamada suerte de la época suele afectar a la mayoría de las personas, pero algunas personas la captan y otras la dejan pasar. Quienes pueden aprovechar las oportunidades suelen ser aquellos que están preparados y son proactivos para afrontarlas. A veces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, todavía no somos favorecidos por el Dios de la Suerte, lo que sólo significa que es hora de dar la vuelta. Los esfuerzos no necesariamente conducen a ganancias, pero las ganancias deben provenir del trabajo duro y la actitud. $FTT $matemáticas$ZRX