La relación entre el expresidente estadounidense Donald Trump y el presidente ruso Vladimir Putin, especialmente en el contexto de la amenaza de Trump de imponer aranceles del 100% a los países BRICS si llevan a cabo medidas de desdolarización. Es probable que la medida aumente las tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y acelere los esfuerzos internacionales para reducir la dependencia del dólar.
Cuestiones principales:
1. El impulso de los BRICS para la desdolarización:
• El bloque BRICS (que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha discutido durante mucho tiempo la creación de una moneda común para reemplazar al dólar estadounidense en las transacciones internacionales.
• Algunos países del bloque han iniciado acuerdos comerciales en monedas locales, debilitando gradualmente el papel del dólar.
2. La reacción de Trump:
• Trump amenaza con imponer aranceles elevados a los países BRICS para proteger la posición del dólar.
• Esta medida refleja su duro enfoque hacia el comercio, pero también conlleva el riesgo de dañar las relaciones económicas globales.
3. Impacto en las relaciones Trump-Putin:
• Aunque Trump ha elogiado a Putin y ha mantenido relaciones amistosas con Rusia, declaraciones recientes pueden dañar su "amistad".
• Putin ha apoyado durante mucho tiempo los esfuerzos de desdolarización como una forma de lidiar con las sanciones occidentales, poniendo sus puntos de vista en desacuerdo con los intereses de Trump.
4. Logística y desafíos económicos:
• La creación de una moneda común BRICS enfrenta muchas dificultades, incluidas diferencias en los niveles de desarrollo y estructuras económicas entre los países miembros.
• Sin embargo, las amenazas de Trump podrían acelerar los esfuerzos de los BRICS, ampliando la brecha entre Estados Unidos y estos países.
Impacto global:
• Si Trump lleva a cabo su amenaza, los mercados financieros globales podrían verse seriamente perturbados.
• Aunque el dólar sigue siendo dominante en las transacciones internacionales, el uso de la coerción financiera podría socavar la confianza en Estados Unidos y estimular los esfuerzos por encontrar alternativas.
El resultado de esta situación dependerá de la capacidad de las partes para negociar y considerar intereses de largo plazo, no sólo en términos económicos sino también en términos de diplomacia y seguridad internacional.