Era el Día de Acción de Gracias, y el aroma de pavo asado y pastel de calabaza llenaba el aire. Mark, un experimentado trader de criptomonedas, tenía su laptop abierta sobre la mesa del comedor en medio de los purés de papa y la salsa de arándano.
“Mark, es Acción de Gracias. ¿Puedes dejar los gráficos en paz por un día?” bromeó su hermana, mientras cortaba el pavo.
“¡No hoy!” Mark sonrió. “Bitcoin está haciendo movimientos salvajes, y podría ser el comienzo de algo grande.”
Su prima Jenny, una recién llegada al mundo cripto, intervino. “¿Qué estás haciendo ahora? ¿HODL, comerciar o entrar en pánico?”
Mark se rió. “Definitivamente no estoy entrando en pánico. Bitcoin ha estado oscilando en un nivel de resistencia clave, y es Acción de Gracias—históricamente, vemos movimientos interesantes de BTC alrededor de las fiestas. Estoy planeando si tomar algunas ganancias o esperar la próxima carrera alcista.”
Al otro lado de la mesa, el papá de Mark se burló. “Ustedes, chicos, y su dinero de internet. En mi época, tratábamos con acciones y bonos reales.”
“Sí, papá,” respondió Mark. “Pero, ¿alguna vez tus acciones subieron mientras comías pavo?”
A medida que avanzaba la cena, la familia lo convirtió en un juego. Cada miembro tenía que adivinar dónde aterrizaría el precio de Bitcoin al final de la noche. Jenny apostó a que cruzaría los $40K, Mark predijo una ligera corrección, y su papá declaró audazmente que “se desplomaría a cero.”
Cuando se sirvió el postre, la familia se reunió alrededor de la laptop de Mark para revisar los gráficos. Bitcoin, de hecho, había movido significativamente, provocando vítores y risas. La predicción de Jenny fue la más cercana, y Mark, a regañadientes, prometió enseñarle algunos conceptos básicos de comercio.
“Este Día de Acción de Gracias ya no se trata solo de comida y familia,” dijo Mark. “¡Se trata de hacer esos #ThanksgivingBTCMoves!”
Todos se rieron, dándose cuenta de que sin importar lo que hiciera Bitcoin, el verdadero tesoro era pasar tiempo juntos—mirando gráficos y todo.