Acción de gracias. La época de la gratitud, las peleas familiares y, si eres un usuario de Bitcoin, de dejar caer casualmente el último rendimiento de tu billetera digital en la mesa para desconcertar a tu tía abuela, que todavía paga con cheques.
Tomemos un momento para analizar el desempeño de Bitcoin a través de los años, porque si hay algo más volátil que el furor de compras del Viernes Negro de tu primo, es el precio del oro digital. A partir de unos humildes 12,20 dólares en 2012, Bitcoin era el favorito de unos pocos ciberpunks y nerds. Si avanzamos hasta hoy, se encuentra en la asombrosa cifra de 95.380 dólares. Ese es el tipo de crecimiento que hace llorar incluso a los corredores de bolsa más optimistas en sus gráficos del S&P 500.
Pero el viaje de Bitcoin no es una línea recta hacia la luna, es una montaña rusa. Cada Día de Acción de Gracias, Bitcoin ha traído consigo su propia marca de dramatismo:
2013: 1.031 dólares. El primer año realmente sorprendente. Las familias de todo el mundo se preguntaban: “¿Qué es un bitcoin y por qué mi sobrino cree que es millonario?”.
2015: $357. El ambiente era humilde, como el plato de acompañamiento que nadie nota pero que extrañaría si desapareciera.
2017: 10.058 dólares. De repente, Bitcoin no era solo un tema de conversación; era la conversación. Las comparaciones con la burbuja de los tulipanes volaron más rápido que los comas de los pavos.
2020: $17,717. Mientras el mundo se encerraba, Bitcoin liberó riqueza. Una cobertura a prueba de pandemias, dijeron.
2021: $57,248. El punto más alto para quienes se sentían dioses de las criptomonedas, hasta que llegó 2022.
2022: 16 215 dólares. Un invierno criptográfico tan frío que hizo que Juego de Tronos pareciera una escapada tropical.
Ahora, aquí estamos en 2024, con Bitcoin a un precio asombroso de $95,380. Ya seas un hodler OG, un cauteloso DCA'er o esa persona que todavía busca en Google "¿qué es blockchain?", tienes que respetar la capacidad de permanencia de este activo. Ha desafiado a los escépticos, ha estimulado la innovación y ha hecho que las mesas de Acción de Gracias sean mucho más interesantes durante más de una década.
Así que aquí va el Bitcoin: el pavo que nunca deja de cocinarse, la salsa que se derrama sobre las finanzas tradicionales y el sueño de una quimera que de algún modo se hizo realidad. ¡Feliz Día de Acción de Gracias, Bitcoineros! Que sus billeteras sigan llenas, que su miedo a perderse algo de dinero se mantenga bajo y que sus conversaciones en la cena sigan siendo apenas un poco insoportables.