El mercado financiero de 2024 parece estar teniendo una crisis de identidad. Estructurado y disciplinado por un lado, caótico y lleno de adrenalina por el otro.

Por un lado, tenemos índices bursátiles de referencia como el S&P 500 y el Dow, que suben constantemente y muestran su fuerza silenciosa. Por el otro, Bitcoin está en una rampage, arrojando precaución al viento y acercándose a los $100,000.

El S&P 500 ha estado muy enfocado en los negocios últimamente. Después de que el revuelo posterior a las elecciones lo llevó a una ganancia del 25% para el año, el índice se enfrió lo suficiente como para probar sus máximos de octubre. La semana pasada, repuntó con un aumento del 1.7%.

La mayoría de las acciones han estado cumpliendo con su parte, y los sectores financieros y cíclicos están liderando la carga. El optimismo está ligado a lo que viene a continuación: una administración de Trump que se espera que implemente políticas destinadas a expandir la economía y aumentar el crecimiento de las ganancias.

¿Pero Bitcoin? Está en una onda completamente diferente. La criptomoneda más importante ha subido un 40% solo este mes, y no muestra signos de desaceleración. Los traders están apostando en grande, alimentados por titulares agresivos y la creencia de que Bitcoin está a punto de hacerse mainstream con el nuevo apoyo gubernamental.

Se está alimentando del tipo de fervor que convierte las cenas de Acción de Gracias en conversaciones de dinero a gran escala. Pero no se pueden ignorar los riesgos: Bitcoin está sobrecomprado, su gráfico está sobrecalentado y la carrera hacia los $100,000 se siente más como un sprint que como un maratón. Pero así es como funcionamos, ¿no?

Bitcoin toma el control

Bitcoin es un iniciador de fiestas, y su manía se ha desbordado en acciones vinculadas a criptomonedas, acciones de centavo, ETFs apalancados e incluso en jugadas tecnológicas especulativas que se habían dado por muertas tras la caída de 2021.

Tomemos MicroStrategy como ejemplo. La empresa se ha convertido en un tanque de acumulación de Bitcoin, utilizando miles de millones de dólares recaudados a través de ventas de acciones y deuda para comprar más Bitcoin. Es un ciclo autorefuerzo: más Bitcoin significa más entusiasmo y más entusiasmo significa que los traders minoristas se suman.

La semana pasada, la compra minorista se triplicó justo cuando las acciones de MicroStrategy alcanzaron una capitalización de mercado de $100 mil millones —tres veces el valor de su reserva de Bitcoin.

Si el paseo salvaje de MicroStrategy no es suficiente, hay ETFs apalancados que llevan las cosas al siguiente nivel. MSTU, un ETF vinculado únicamente a las acciones de MicroStrategy, ha visto su volumen de comercio duplicarse este mes. Pero las cosas se están volviendo arriesgadas.

Informes dicen que los patrocinadores de fondos están desesperados por replicar los rendimientos prometidos porque los corredores están limitando su exposición. Es un juego de alto riesgo, y las grietas están comenzando a aparecer.

A través del mercado, los ETFs apalancados largos están viendo entradas casi récord en comparación con los ETFs cortos. Según SentimenTrader, la última vez que esto sucedió fue a finales de 2021, justo antes de un pico importante del mercado.

Los flujos netos hacia los ETFs de acciones también están alcanzando máximos de varios años, aunque no son tan extremos en relación al valor de mercado como lo eran en ese entonces. Aún así, está claro que el dinero está fluyendo hacia jugadas de alto riesgo, y el apetito por la especulación está vivo y coleando.

S&P 500: Lento pero seguro

En medio del caos, el S&P 500 se mantiene tranquilo. Las ganancias están en aumento, el crecimiento del PIB se mantiene por encima del 2%, y la Reserva Federal está recortando las tasas a un ritmo medido. Los márgenes de crédito son manejables, y las tendencias estacionales están proporcionando un impulso adicional.

Los estrategas de Wall Street son optimistas, revisando al alza sus objetivos para 2025. Algunos están proyectando una ganancia del 11% para el S&P 500, llevándolo a 6,600.

No es una predicción descabellada, pero vale la pena señalar que estos objetivos provienen de niveles relativamente bajos. El sentimiento de los inversores se está volviendo efervescente, pero no ha alcanzado extremos peligrosos. Eso no significa que todo esté bien, sin embargo.

La locura especulativa que rodea a Bitcoin y los activos vinculados a criptomonedas es un marcado contraste con el avance medido del S&P 500. Es un recordatorio de que el mercado está dividido, con un pie en la realidad y el otro en la fantasía.

Pero aquí está la cosa: la línea entre estos dos mundos no es tan clara como parece. El ascenso de Bitcoin está extrayendo energía de otros grandes jugadores como Nvidia, que ha estado comerciando de manera plana a pesar de fuertes ganancias y proyecciones. Nvidia ha añadido $2.3 billones en valor de mercado solo este año, pero la locura de Bitcoin podría estar robando su protagonismo.

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