La Reserva Federal ha declarado que la deuda de 36 billones de dólares del gobierno estadounidense es el mayor riesgo para la estabilidad financiera, relegando la inflación y las tensiones geopolíticas a un lugar más bajo en la lista.

Este sombrío reconocimiento se produjo después de la encuesta del banco central, realizada por el personal de la Fed de Nueva York entre agosto y octubre, que se incluyó en su último informe semestral de estabilidad financiera.

Aunque la Reserva Federal se ha mostrado muy seria con respecto al sector bancario, al que ha calificado de “sólido y resistente”, el resto del sistema no parece tan sólido. Los fondos de cobertura están maximizando su apalancamiento hasta niveles récord, y los hogares (en especial aquellos con calificaciones crediticias bajas) se están quedando atrás en el pago de préstamos para automóviles y tarjetas de crédito.

La Reserva Federal afirmó que las tasas de morosidad en estas áreas están “por encima del promedio”, lo que aprieta aún más el cerco sobre la economía.

Un elefante de 36 billones de dólares en la habitación

El gobierno de Estados Unidos ha acumulado 36 billones de dólares en deuda bruta, una cifra imposible de ignorar. Los pagos de intereses sobre este monstruo aumentaron en 240.000 millones de dólares solo en el año fiscal 2024, superando el gasto en defensa y Medicare.

¿Cuál es el déficit presupuestario del año? La asombrosa cifra de 1,834 billones de dólares, lo que lo convierte en el tercero más grande en la historia de Estados Unidos. Para colmo de males, la Oficina Presupuestaria del Congreso, que no es partidista, predice que la relación deuda/PIB superará el 106% en 2027, batiendo récords establecidos por última vez en 1946.

Y no se detendrá ahí. La CBO advierte que esta proporción seguirá aumentando durante décadas si las autoridades no cambian de rumbo. La expiración de los recortes de impuestos, los topes presupuestarios y una inminente lucha por el techo de la deuda en 2025 solo van a echar más leña al fuego.

Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, dijo: “Los costos de los intereses están excediendo lo que gastamos en casi cada partida del presupuesto”. Criticó a los legisladores por tratar estos hitos como si fueran algo normal y pidió reformas serias para detener la hemorragia fiscal.

A pesar de las advertencias de la Reserva Federal, el gobierno parece atrapado en un ciclo de gasto superior al que recauda. El gasto en Seguridad Social aumentó en 107.000 millones de dólares en 2024, mientras que el de Medicare aumentó en 25.000 millones de dólares.

Estos programas de prestaciones sociales, cruciales pero costosos, están envejeciendo junto con la población estadounidense. Sin una reforma, se encaminan directamente a la insolvencia.

Las stablecoins bajo la mira de la Fed

La Reserva Federal no se detuvo en las finanzas tradicionales. Las monedas estables también recibieron críticas en el informe. El mercado de estos activos digitales ha crecido hasta los 170.000 millones de dólares en noviembre de 2024, justo por debajo de su pico de abril de 2022.

Pero la Reserva Federal ha calificado a las monedas estables de “estructuralmente vulnerables a las corridas” y ha criticado la falta de un marco regulatorio federal sólido que las respalde, a pesar de que hay grandes expectativas de que lleguen regulaciones reales con el presidente Donald Trump.

Pero la Reserva Federal no es precisamente la mayor admiradora de Trump, y con razón. El presidente ha criticado su decisión y se ha burlado de ellos durante años, dentro y fuera del cargo.

Mientras tanto, los mercados de bonos están en un estado de caos. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años se dispararon considerablemente en los últimos meses, incluso cuando la Reserva Federal redujo las tasas en 75 puntos básicos este año. La prima de plazo de los bonos del Tesoro (básicamente, lo que los inversores exigen por mantener valores a largo plazo) está cerca de sus niveles más altos desde 2010.

La volatilidad de los tipos de interés también está por las nubes, gracias a la incertidumbre sobre el crecimiento económico, la inflación y el flujo interminable de deuda gubernamental.

La Fed señaló que, si bien los riesgos de financiación han disminuido desde su último informe, siguen siendo “notables”. El mercado de bonos, con sus oscilaciones bruscas y sus rendimientos en alza, no está precisamente calmando los nervios de nadie. Los niveles de volatilidad se mantienen por encima de las normas históricas, lo que deja claro que las perspectivas económicas son todo menos estables.

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