Primero, el fiscal Smith. Muchos en el ámbito judicial también se han convertido en objetivos potenciales de represalias, incluyendo al fiscal especial Smith, quien investiga el caso de intervención electoral y el caso de documentos clasificados. Trump cree que Smith ha sido demasiado severo en el manejo de estos casos, dañando su imagen política, y por lo tanto planea destituirlo de su puesto o buscar otras formas de debilitar su influencia.

Segundo, el exasesor de seguridad nacional Bolton. Bolton fue asesor de seguridad nacional durante la presidencia de Trump, pero la relación entre ambos no fue armoniosa. Trump acusa a Bolton de conspirar a sus espaldas, socavando sus políticas. Por lo tanto, Trump planea excluir a Bolton de los círculos políticos relevantes, e incluso podría buscar medios legales para responsabilizarlo.

Tercero, el exsecretario de Estado Pompeo. Aunque Pompeo fue secretario de Estado durante la presidencia de Trump, Trump cree que sus decisiones en algunos asuntos diplomáticos no fueron lo suficientemente decisivas, e incluso a veces estuvo en desacuerdo con él. Por lo tanto, Trump planea marginar políticamente a Pompeo, debilitando su influencia en asuntos internacionales.

Cuarto, el exjefe de gabinete de la Casa Blanca Meadows. Meadows fue jefe de gabinete de la Casa Blanca durante la presidencia de Trump, pero también existieron diferencias entre ellos. Trump cree que Meadows no fue lo suficientemente eficaz en el manejo de algunos asuntos internos, e incluso en ciertos momentos filtró su información confidencial. Por lo tanto, Trump planea realizar ajustes o degradar a Meadows para debilitar su posición.

Quinto, el exdirector del FBI Ray. Ray fue responsable de investigar varios casos relacionados con Trump durante su presidencia, incluyendo el caso de intervención electoral y el caso de documentos clasificados. Trump cree que Ray tiene prejuicios en el manejo de estos casos, por lo que planea destituirlo del FBI para asegurar su propia seguridad política.

Opinión personal: El plan de ajuste de cuentas de Trump no solo carece de fundamento legal, sino que también contradice los principios de democracia y estado de derecho. Un ecosistema político saludable debería permitir la existencia de diferentes voces y resolver problemas de manera pacífica y racional. Este enfoque de Trump solo intensificará la división política y dañará el sistema democrático de Estados Unidos. Debemos oponernos firmemente a cualquier forma de represalias políticas y acciones de ajuste de cuentas, y mantener un entorno político de justicia, igualdad y estado de derecho.