La prohibición total de Nepal sobre el comercio de criptomonedas está dificultando que las víctimas de fraude informen sus casos a las autoridades, según un nuevo informe de la Unidad de Inteligencia Financiera del país (FIU). La FIU, que opera bajo el Banco de Nepal Rastra, destacó los desafíos que enfrentan las víctimas de estafas relacionadas con criptomonedas en su Informe de Análisis Estratégico para 2024.

El informe indica que los estafadores están utilizando técnicas sofisticadas, como el "smurfing", donde las grandes transacciones se dividen en más pequeñas para evitar la detección. Estos criminales también están convirtiendo fondos ilícitos en monedas digitales, lo que hace aún más difícil para las autoridades rastrear o confiscar los activos. El aumento de estafas dirigidas a individuos con promesas de altos retornos en activos digitales se ha convertido en una gran preocupación.

Los estafadores suelen atraer a las víctimas a través de anuncios que los animan a depositar dinero en ciertas cuentas bancarias o de billetera, solo para que los fondos desaparezcan sin dejar rastro. En un país como Nepal, donde la inversión en criptomonedas es ilegal, aquellos que caen víctimas de estas estafas a menudo tienen demasiado miedo para informar sobre sus pérdidas debido a las posibles repercusiones legales. Esto crea una barrera para las fuerzas del orden, que luchan por identificar y abordar el fraude en el espacio cripto.

Nepal implementó una prohibición sobre el comercio y la minería de criptomonedas en septiembre de 2021, y en enero de 2023, la Autoridad de Telecomunicaciones de Nepal instruyó a los proveedores de servicios de internet a bloquear el acceso a sitios web relacionados con criptomonedas, incluidas las plataformas de comercio. La represión del comercio en línea es un intento de limitar la exposición a estafas que se propagan principalmente a través de las redes sociales y anuncios en línea. Sin embargo, el estatus ilegal del comercio de criptomonedas solo ha dificultado que las víctimas de fraude busquen justicia, ya que temen meterse en problemas legales.

La FIU ha solicitado un monitoreo más estricto de las transacciones de criptomonedas para combatir estas actividades fraudulentas. El informe también recomendó una mejor educación pública sobre los riesgos de las inversiones en activos digitales, una mayor cooperación entre diferentes departamentos gubernamentales, y la creación de un marco regulatorio más equilibrado para ayudar a prevenir el fraude relacionado con criptomonedas en el futuro.

Nepal no es el único país en Asia del Sur que impone regulaciones estrictas sobre activos digitales. Junto con China, Rusia, Irán y Bangladés, Nepal ha prohibido todas las actividades de comercio de criptomonedas. Sin embargo, otros países de la región han adoptado enfoques más flexibles. Por ejemplo, India no ha prohibido el comercio de criptomonedas, pero impone altos impuestos sobre las ganancias obtenidas de las inversiones en criptomonedas, sin disposición para compensar las pérdidas contra las ganancias imponibles.

En un cambio de política significativo, Pakistán decidió recientemente legalizar los activos virtuales, un movimiento que marca una desviación de su postura anterior en contra de las criptomonedas. Se cree que este cambio está principalmente dirigido a sentar las bases para una moneda digital del banco central (CBDC), en lugar de adoptar plenamente criptomonedas descentralizadas como Bitcoin (BTC).

Por otro lado, Bután ha adoptado una postura más positiva hacia las criptomonedas. El país ha acumulado más de 1 mil millones de dólares en Bitcoin, beneficiándose del aumento en el valor de la moneda. El enfoque pro-cripto de Bután contrasta con el de sus naciones vecinas, que permanecen más cautelosas o abiertamente restrictivas en lo que respecta a los activos digitales.

En conclusión, la decisión de Nepal de prohibir el comercio de criptomonedas ha creado involuntariamente una barrera para las víctimas de fraude, ya que titubean en informar sobre estafas por miedo a las consecuencias legales. A medida que el fraude relacionado con criptomonedas continúa en aumento, la FIU insta a mejores medidas regulatorias y a una mayor concienciación para proteger a los ciudadanos de caer víctimas de estafas. Mientras tanto, los países vecinos están explorando diferentes enfoques, algunos abrazando el potencial de las monedas digitales, mientras que otros mantienen un enfoque más cauteloso o restrictivo.