El oro ha caído por debajo de los 2600 dólares, pero ¡el bitcoin ha subido hasta los 90000 dólares! Al ver esta noticia, muchas personas podrían no resistir la tentación de preguntarse: ¿es esto otra vez un "drama absurdo en línea"?
Se rumorea que Estados Unidos quiere “reservar bitcoins”, pero no va a reservar oro y plata. Bueno, ¿no significa esto que el oro está viejo, la plata está gorda, y el bitcoin es el "nuevo niño mimado de la era"? He escuchado que esta idea fue propuesta por algunos grandes personajes, y hay anuncios de marketing que suenan muy serios, casi como las tácticas de venta de productos de salud: “¡No somos iguales, porque entendemos mejor el futuro!”
Las quejas del economista Peter Schiff son aún más hilarantes. Dijo que si Estados Unidos realmente comprara 1 millón de bitcoins, el resultado podría ser así: un grupo de jugadores de bitcoin vería sus activos dispararse a varios millones e incluso miles de millones de dólares, y luego se retirarían rápidamente. ¿Y el resto del gobierno de EE. UU.? Llorando mientras imprime dinero para comprar bitcoins, observando cómo el precio del bitcoin se convierte en una montaña rusa, y al final convierte el dólar en un pedazo de papel sin valor. En pocas palabras, esto es **"el bitcoin destruye el dólar y luego se autodestruye".**
Al mismo tiempo, el oro y la plata son ignorados, las acciones tecnológicas también empiezan a caer sin compasión, solo Tesla se mantiene firme. ¿Acaso Musk ha estado acumulando bitcoins en secreto? Todo esto suena como si el mercado de capitales estuviera jugando un **“juego de gran escape”: primero impulsamos el bitcoin, atrapamos a los incautos, y luego viene un gran colapso.”**
Lo más interesante es que esta maniobra no solo se dirige a la gente común, incluso los bancos también han “caído en la trampa”. Las tasas de rendimiento de los bonos del tesoro de EE. UU. se disparan, y los bancos ven sus bonos perder tanto que quieren llorar. Los inversores solo pueden elegir criptomonedas “más seguras”. Esto es como una gran fuga de liquidez, y el resultado es **“meter a todos en el ‘paraíso’ de los activos virtuales”.**
Para resumir, la loca subida del precio del bitcoin no es solo un juego de capital, sino más bien una “comedia satírica” del mundo financiero. ¿Quién podrá reírse al final en este “juego de hambre del dinero”? Quizás no sean los inversores que acaparan bitcoins, sino la multitud que ha estado “observando y disfrutando” desde el principio.
Así que, amigos, la próxima vez que alguien diga "la reserva nacional compra bitcoins", no duden en reírse un poco, porque algunas cosas suenan como chistes.