[La estrategia Bitcoin de MicroStrategy está bajo escrutinio]
MicroStrategy, que posee más de 250.000 Bitcoins, tiene una capitalización de mercado de 170.000 millones de dólares y una valoración bursátil de 430.000 millones de dólares, continúa emitiendo nuevas acciones para recaudar dinero para comprar Bitcoin a pesar de tener una deuda de 42.500 millones de dólares. Esta estrategia, conocida como la “laguna jurídica del dinero infinito”, es similar al patrón comercial premium de Grayscale Bitcoin Trust en el pasado, pero su solidez a largo plazo sigue siendo cuestionable.
Desde que adoptó su estrategia Bitcoin, MicroStrategy ha recaudado 44 mil millones de dólares en cinco aumentos de capital, atrayendo inversores e impulsando el valor contable de las acciones. Sin embargo, la valoración de 430.000 millones de dólares supera con creces su valor liquidativo (NAV), similar al auge especulativo de ciclos anteriores de Bitcoin, lo que provoca confusión entre los analistas del mercado.
El cofundador de la compañía, Michael Saylor, es controvertido en la industria de las criptomonedas y ha sido criticado por su postura contra la tecnología de privacidad y los desarrolladores de Bitcoin, pero sus audaces estrategias han ayudado a popularizar Bitcoin. El fundador de Grayscale, Barry Silbert, también llamó la atención debido a la controversia del "Acuerdo de Nueva York".
Los 42.500 millones de dólares en bonos pendientes de MicroStrategy y las múltiples opciones de conversión complican aún más su valoración, y la empresa tiene pasivos en efectivo que afrontar en cuatro bonos que pagan intereses. Sin embargo, el flujo de caja de su negocio de software es suficiente para cubrir los pagos de intereses, e incluso si los precios de Bitcoin fluctúan, no es suficiente para obligar a la empresa a vender activos.
Los bonos de cupón cero plantean riesgos especiales porque los tenedores no tienen derechos de reembolso en efectivo en ausencia de cambios significativos, lo que aumenta la vulnerabilidad a las fluctuaciones del mercado. El precio actual de las acciones ha superado el umbral de conversión de bonos, lo que complica aún más las decisiones de los tenedores de bonos y hace que el desarrollo futuro sea más desafiante.