Indonesia ha decidido bloquear la venta de smartphones Google Pixel en su territorio. Suena casi como la trama de una película sobre cómo David se enfrenta a Goliat. En el papel de David está el gobierno indonesio, y en el de Goliat está Google. ¿La razón? Google no cumplió con una de las condiciones clave para acceder al mercado local: el 40% de los componentes del dispositivo deben ser de producción local.

El hecho es que Indonesia, como muchos otros países, ha comenzado a insistir en el uso de componentes locales para la producción de tecnología. La esencia es que si las corporaciones globales quieren vender sus dispositivos en el país, deben contribuir a la economía local. Aquí todo es lógico: el gobierno busca desarrollar su propia capacidad de producción y reducir la dependencia de las importaciones.

La regla del 40% y por qué Google se quedó afuera

La regla del 40% no es solo una formalidad burocrática. Es economía. Cuando un smartphone se produce utilizando componentes locales, esto estimula el desarrollo de fábricas locales, empresas y empleos. Pero para un jugador global como Google, este paso puede no ser rentable: el reemplazo y la logística pueden aumentar el costo de producción, lo que impactará en la rentabilidad de la empresa. En términos simples, a los gigantes del mundo tecnológico no siempre les sientan bien estas "tareas domiciliarias".

Google intentó eludir la regla local, pero Indonesia no se dejó engañar por los trucos conocidos, donde las empresas informan sobre componentes "ficticios", y en realidad solo se trata de un chequeo por un chequeo. Las autoridades locales dejaron claro: sin contenido local, no habrá ventas.

¿A dónde conducirá esto?

Para Google, perder el mercado indonesio puede no ser una tragedia global, pero definitivamente es una señal para otros países que están considerando medidas similares. Si Indonesia pudo presionar a Google, ¿por qué otros no deberían intentarlo? Esto ya no es solo economía, es geopolítica tecnológica.

Mercado local

Los compradores indonesios aún pueden olvidarse del nuevo Pixel. Pero eso no significa que la escasez permanecerá. Los productores locales, como Advan y Evercoss, están llenando activamente el mercado, ofreciendo dispositivos con componentes locales. Las startups locales, aunque pueden no tener tecnologías tan avanzadas como Google, poseen la principal ventaja: cumplen completamente con los requisitos del país. Así que, amigos, no es descartable que en un par de años los smartphones indonesios puedan competir en el mercado mundial.

El gobierno indonesio ha dejado claro que no están dispuestos a sacrificar la economía local en favor de grandes marcas. Si los jugadores globales quieren entrar en este mercado, tendrán que adaptarse. Google, prepárate, en el mundo de la tecnología y la economía no todo se puede comprar.

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