Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024 se llevarán a cabo el 5 de noviembre, y se espera que los resultados se definan en su mayoría a mediodía del 6 de noviembre, hora de Beijing. La competencia en estas elecciones está muy reñida, con los dos principales candidatos, Trump y Harris, en encuestas nacionales muy parecidas, y cada uno con ventajas y desventajas en los estados clave.
Trump es el candidato del Partido Republicano y fue presidente de Estados Unidos. Desde julio, su campaña ha mostrado pequeñas fluctuaciones, y desde mediados de septiembre, sus expectativas de ganar votos del Colegio Electoral han aumentado. Steve Bannon, un cercano aliado de Trump, anteriormente llamado el "estratega" de Trump, fue condenado y encarcelado por "desacato al Congreso". Salió de prisión el 29 de octubre de este año y anunció que apoyará a Trump en las elecciones.
Harris es la candidata del Partido Demócrata y actual vicepresidenta de Estados Unidos. Se considera que su desempeño a nivel de políticas es regular y que su "luna de miel política" ha terminado, con una tasa de apoyo estancada e incluso en descenso. En algunas entrevistas con los medios, ante preguntas incisivas, ella básicamente se limitó a hacer bromas y a responder de manera evasiva.
Con menos de una semana para el día de las elecciones, Trump y Harris están haciendo su último esfuerzo. Harris enumeró en un mitin las propuestas de su campaña sobre vivienda, atención médica, derechos de las mujeres, inmigración y otros temas, afirmando que escuchará diferentes opiniones y que guiará a la sociedad estadounidense hacia adelante a través del consenso y el sentido común. Trump, por su parte, criticó al gobierno de Biden-Harris por la mala inflación y la ineficaz gestión de la frontera que ha permitido la llegada masiva de inmigrantes ilegales.
Es importante destacar que la opinión pública en Estados Unidos generalmente considera que las elecciones de 2024 son las más reñidas en años recientes. Algunos medios de comunicación estadounidenses han roto la tradición al optar por no expresar apoyo a ningún candidato presidencial, lo que también indica el alto nivel de competencia en estas elecciones.
Además, tanto el cambio de candidatos del Partido Demócrata meses antes de las elecciones, como el intento de asesinato y las heridas sufridas por el candidato presidencial republicano, o las condenas penales de los principales candidatos, evidencian la tendencia polarizadora en la política estadounidense. Cada vez más personas están preocupadas de que después de las elecciones, Estados Unidos pueda volver a experimentar disturbios violentos.
En resumen, estas elecciones en Estados Unidos están llenas de incertidumbre, y aún se debe esperar el resultado de la votación para saber quién será el nuevo presidente. Al mismo tiempo, sin importar quién asuma, la idea de que Estados Unidos ve a China como su principal enemigo estratégico no cambiará.