El jueves, en un tribunal de Carolina del Norte, Chirag Tomar fue sentenciado a cinco años de prisión por su participación en un plan de estafa de criptomonedas que estafó a las víctimas por más de 20 millones de dólares.

Tomar y sus asociados organizaron una estafa compleja mediante la creación de sitios web falsos diseñados para parecerse a la popular plataforma de intercambio de criptomonedas Coinbase. Estos sitios falsificados engañaban a las víctimas para que compartieran credenciales de inicio de sesión confidenciales y códigos de autenticación de dos factores, que los estafadores usaban para obtener acceso no autorizado a cuentas de criptomonedas.

Una de las pérdidas más devastadoras fue la de una víctima a la que le robaron más de 240.000 dólares. Tomar y sus cómplices transfirieron los fondos robados a carteras que ellos controlaban, lo que les permitió sacar provecho de las pérdidas de sus víctimas. Tomar gastó las ganancias mal habidas en coches de lujo y relojes caros, viviendo un estilo de vida lujoso a costa de los demás.

La creciente sofisticación de los casos de estafas con criptomonedas

El arresto de Tomar se produjo en diciembre de 2023, cuando ingresaba a Estados Unidos, y en mayo de 2024 se declaró culpable de conspiración para cometer fraude electrónico. Su condena arroja luz sobre las tácticas cada vez más sofisticadas que se utilizan en los casos de estafas con criptomonedas en 2024.

Según la firma de análisis blockchain Chainalysis, el 43% de las entradas relacionadas con estafas este año se han dirigido a billeteras que se activaron en 2024, lo que indica una tendencia creciente de estafadores que lanzan operaciones de corta duración pero de alto impacto.

Los estafadores modernos utilizan una combinación de herramientas dentro y fuera de la cadena para perpetrar sus planes. Crean sitios web falsos, falsifican dominios e incluso utilizan cuentas de redes sociales para que sus actividades fraudulentas parezcan legítimas. Una vez que obtienen acceso a los fondos de las víctimas, los delincuentes los transfieren rápidamente a varias billeteras, lo que dificulta que las autoridades rastreen las transacciones.

Una batalla difícil para las autoridades

La facilidad con la que los estafadores pueden ahora crear, ejecutar y desmantelar esquemas fraudulentos hace que sea cada vez más difícil para las fuerzas del orden poner fin a estas operaciones de estafa de criptomonedas. Con acceso a herramientas más avanzadas, los estafadores pueden drenar fondos rápidamente y desaparecer sin dejar rastro, reapareciendo bajo nuevas identidades y realizando operaciones similares.

El caso de Chirag Tomar es un duro recordatorio de la creciente amenaza que suponen las estafas con criptomonedas. Mientras las autoridades trabajan para mantenerse al día con las tácticas cambiantes de los ciberdelincuentes, se insta a los inversores a permanecer atentos y cautelosos al realizar sus inversiones en criptomonedas en línea.

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