Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, advirtió que aumentar los aranceles contra aliados o rivales aislaría al país del comercio global, perjudicando a sus propias empresas y hogares.
Sus comentarios fueron hechos ante el Consejo de Relaciones Exteriores y son una clara respuesta al candidato presidencial republicano Donald Trump, quien ha estado impulsando los aranceles como una herramienta económica clave en su campaña.
El plan de Trump incluye un arancel general del 10% a las importaciones, que afecta tanto a aliados tradicionales como a adversarios.
Trump ha dejado claro que esta política formaría parte de su agenda proteccionista más amplia. Durante una entrevista con Bloomberg, Trump calificó los aranceles como “la palabra más hermosa del diccionario”. Afirma que la imposición de estos aranceles generaría miles de millones de dólares en ingresos, supuestamente para financiar recortes de impuestos.
Los críticos, incluidos los economistas tradicionales, dicen que esto es un aumento de impuestos para los hogares estadounidenses. Trump desestima estas advertencias y deja de lado todas las preocupaciones.
El amor de Trump por los aranceles
Trump ha expresado abiertamente su amor por los aranceles, llegando al punto de decir que son su “palabra favorita”. Ha argumentado que los países extranjeros (amigos y enemigos) han estado explotando a Estados Unidos durante demasiado tiempo.
China, México e incluso Francia han sido el blanco de críticas. Sus quejas se han centrado en los déficits comerciales y en lo que él llama prácticas comerciales desleales. Para Trump, los aranceles son una forma de contrarrestar estas injusticias percibidas.
Su plan incluye un arancel del 60% o más sobre los productos fabricados en China, lo que podría devastar los hogares y las empresas estadounidenses al aumentar los costos de los productos de uso diario.
Según Trump, esta es la única manera de lograr que las empresas extranjeras comiencen a fabricar en Estados Unidos. Dijo:
“Todo lo que tienes que hacer es construir tu planta en Estados Unidos y no tienes ningún arancel”.
Pero Yellen no está dispuesta a aceptarlo y advirtió que eso haría imposible que Estados Unidos avance en sus intereses económicos y de seguridad.
Según ella, una economía fuerte depende de asociaciones y alianzas, sin importar de qué tipo sean.
Reacción global
Mientras tanto, Europa también está en la mira de Trump, que ha criticado los déficits comerciales con Europa, los ha calificado de “locos” y ha prometido eliminarlos si es elegido.
Ha llegado incluso a afirmar que los aliados europeos se han aprovechado de Estados Unidos incluso más que sus enemigos.
En 2018, Trump impuso aranceles al acero y al aluminio europeos, lo que tomó por sorpresa a la Unión Europea. La UE respondió con aranceles de represalia contra productos estadounidenses políticamente sensibles, como las motocicletas Harley-Davidson y los jeans Levi’s.
Si Trump gana las elecciones, Europa está preparada para tomar represalias nuevamente. La UE ha preparado una lista de productos estadounidenses a los que atacar si Trump cumple con sus amenazas.
Su oponente, Kamala Harris, ha calificado las propuestas arancelarias como un impuesto directo a los estadounidenses y ha advertido de que el coste de los bienes se dispararía y que los hogares tendrían que pagar la factura.
Curiosamente, la administración Biden no ha estado totalmente libre de políticas proteccionistas. El presidente ha continuado con algunas de las políticas arancelarias de Trump, y su programa de subsidios a la tecnología verde por más de 390 mil millones de dólares ha sido visto como proteccionista.
Este programa ofrece incentivos para que las empresas trasladen sus inversiones de Europa a Estados Unidos, lo que ha tensado las relaciones con la UE.
La UE se prepara para el regreso de Trump
La UE no quiere correr riesgos ante un posible regreso de Trump. Según informes, los funcionarios están trabajando en una evaluación de impacto, que analizará las posibles consecuencias de las políticas comerciales de Trump.
Los altos costos laborales, una fuerza laboral en disminución y un crecimiento poblacional lento debido a la inmigración limitada hacen difícil que Estados Unidos se beneficie de las mismas estrategias que funcionaron para China.
Pero Trump sigue convencido de que los aranceles son el camino a seguir, y dijo en una entrevista: “Los aranceles, si los ponemos tan altos, tan horribles, tan odiosos, los impondrán de inmediato”.
Si tienen razón o no es una apuesta que podría decidirse en los próximos meses, dependiendo de los resultados de las elecciones.
Como señaló Yellen: “Ni siquiera podemos esperar avanzar en nuestros intereses económicos y de seguridad si actuamos solos”.