La apuesta de BlackRock por los bonos: una señal de alerta de lo que realmente está por venir
En un audaz giro estratégico, BlackRock ha canalizado 47.800 millones de dólares hacia bonos y ETF de renta fija en el último trimestre, lo que indica algo más que un cambio cauteloso: es una medida que refleja problemas más profundos en el sistema financiero. Mientras que los inversores minoristas están siendo atraídos hacia el mercado de valores, donde las acciones suelen ser vistas como el patio de recreo del "dinero tonto", la calculada incursión de BlackRock en los bonos insinúa que el "dinero inteligente" se está preparando para algo más grande.
No se trata sólo de seguridad, sino de prepararse para una escasez de liquidez subyacente y una inminente crisis de solvencia que las políticas de la Reserva Federal están exacerbando. La inflación puede parecer controlada en el papel, pero tras las puertas cerradas, los verdaderos temores son claros: el sistema financiero navega por aguas peligrosas y podría vislumbrarse un colapso importante.
El cambio simultáneo hacia estrategias de múltiples activos, oro y bienes raíces subraya una tendencia más amplia: salir de los activos en papel mientras aún se pueda. Con Warren Buffett, de manera similar, aumentando su inversión en acciones energéticas como Occidental Petroleum y deshaciéndose de acciones bancarias, las señales son clarísimas. El dominio del dólar como moneda de reserva global está disminuyendo, y ahora es el momento de protegerse contra la devaluación de la moneda fiduciaria.
El mensaje de BlackRock es simple para quienes prestan atención: protejan su riqueza con activos reales, energía y oro, o corran el riesgo de ser arrastrados cuando llegue la tormenta.
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