Mientras el Congreso lleva a cabo audiencias con el presidente de la SEC, Gary Gensler, y presiona para regular y estimular mejor la economía digital en evolución, debe reconocer las necesidades únicas de la IA descentralizada, un sector crítico pero a menudo pasado por alto en la intersección de blockchain y la inteligencia artificial.

A pesar de esta superposición, la IA descentralizada no se puede legislar a través de una lente financiera ni se puede imponer en las regulaciones de IA. Sin embargo, dada su superposición en distintos sectores, existe una posibilidad real de que los legisladores intenten incorporarla en los proyectos de ley sobre IA y criptomonedas (o pasarla por alto por completo), lo que sería una oportunidad perdida para la innovación en este país.

Marco potente

En pocas palabras, la IA descentralizada permite la distribución de datos, cálculos y procesos de toma de decisiones entre múltiples dispositivos o nodos, lo que les permite trabajar juntos sin depender de una autoridad centralizada, a menudo utilizando software y modelos de código abierto. Esto brinda a los desarrolladores las herramientas para compartir sus datos de manera colaborativa para crear modelos de IA y acceder a los cálculos de una amplia gama de fuentes. Es un marco poderoso que permite a estos desarrolladores contribuir al ecosistema de IA sin la necesidad de administrar todo el proceso ellos mismos, lo que permite a los investigadores y las empresas emergentes participar en un campo donde los costos crecientes y la dificultad de acceso amenazan con expulsarlos.

Por eso es imperativo que los legisladores no pasen por alto la IA descentralizada cuando comiencen a regularla. Probablemente sea parte de la naturaleza humana ignorarla, considerando que la industria de la IA en general está en expansión y está dominada por algunas de las corporaciones más grandes del mundo. Están adquiriendo nuevas empresas, impulsando avances y lanzando nuevos productos a un ritmo vertiginoso. Si bien no hay nada de malo en que Microsoft, Meta, Alphabet y otras inviertan fuertemente en la industria, los legisladores deben crear espacio para que los investigadores, emprendedores y desarrolladores también prosperen; eso implica, entre otras cosas, permanecer atentos a las leyes antimonopolio y garantizar que los fondos de I+D respaldados por el gobierno no beneficien solo a los gigantes.

Y aunque el Congreso está haciendo avances bienvenidos para impulsar una legislación integral que aclararía las reglas de juego para las criptomonedas, los proyectos de ley son unidimensionales (de naturaleza financiera) y no abordan la diferencia obvia entre un activo digital subyacente de un protocolo y las aplicaciones de inteligencia artificial descentralizada que se ejecutan en el mismo protocolo. Los reguladores financieros no deberían terminar supervisando la inteligencia artificial descentralizada solo porque los proyectos emiten tokens; eso sería como si la SEC regulara la pasta de dientes porque Johnson & Johnson emite acciones ordinarias.

La próxima ola

Es importante que lo hagamos bien, porque la IA descentralizada es un campo crítico que puede salvar a las organizaciones que dieron origen a la revolución de la IA, y posiblemente traernos la próxima ola. Las universidades que crearon el concepto de aprendizaje automático y redes neuronales están bajo amenaza, ya que no pueden competir con las grandes empresas tecnológicas, que se quedan con las GPU y los mejores talentos del mundo. De manera similar, las empresas emergentes que llevaron la IA al mercado enfrentan limitaciones similares y, a menudo, deben aplazar proyectos. Si esos motores de la innovación estadounidense no funcionan correctamente, el progreso quedará en manos de unas pocas grandes corporaciones. Es una lección que los legisladores querrán tener en cuenta, ya que estas universidades y pequeñas empresas ayudan a formar el tejido de la economía estadounidense y crean empleos y oportunidades para los electores.

La IA descentralizada puede contrarrestar esta tendencia de concentración del mercado. Este campo permite a las organizaciones con fondos limitados compartir datos y cálculos entre nodos, y los desarrolladores pueden unir una red de múltiples bases de datos para alimentar sus modelos y GPU dispersas para alimentarlos. Es una solución más asequible que permite que los actores más pequeños participen y contribuyan. También aborda muchas de las preocupaciones sobre la privacidad de los datos: los desarrolladores pueden procesar los datos localmente, lo que minimiza la necesidad de transferir información confidencial a servidores centralizados. Esto reduce el riesgo de violaciones de datos y acceso no autorizado.

El turno del Congreso

Todo esto demuestra la importancia de establecer reglas y normas que permitan que la IA descentralizada prospere. El Congreso debe establecer normas claras sobre la privacidad y la seguridad de los datos para proteger la información de las personas cuando se procesa localmente, y promover la transparencia y la rendición de cuentas en los algoritmos de IA que puedan proteger los estándares éticos y evitar el sesgo en los sistemas descentralizados.

Los legisladores deberían considerar un marco regulatorio único para la IA descentralizada, separado de las regulaciones tradicionales de IA en la Ley de Responsabilidad Algorítmica y de las pautas financieras cubiertas por la Ley de Certeza Regulatoria Blockchain. La nueva legislación tendría que abordar los desafíos particulares de la IA descentralizada, asegurando la transparencia en las decisiones algorítmicas y brindando pautas sobre la rendición de cuentas en las redes descentralizadas. Además, el Congreso debería considerar la posibilidad de ampliar las oportunidades de financiación en virtud de la Ley de Iniciativa Nacional de IA para garantizar que los proyectos de IA descentralizados, especialmente los de universidades y pequeñas empresas, reciban fondos gubernamentales de I+D e incentivos fiscales, impidiendo que las grandes tecnológicas monopolicen la innovación en IA. En ese sentido, el Congreso haría bien en considerar la posibilidad de reforzar la aplicación de las leyes antimonopolio para evitar que las grandes corporaciones controlen la infraestructura crítica de IA.

Y la responsabilidad no recae únicamente sobre los hombros del Congreso. Ahora que los legisladores están prestando una renovada atención a las criptomonedas y la IA, es el momento de que los defensores de la IA descentralizada hablen y defiendan a la industria. Y seamos sinceros, la industria no siempre ha hecho un trabajo estelar a la hora de comunicar lo que hace y lo que necesita para prosperar. Sí, la tecnología es compleja, pero eso no significa que los defensores no puedan ir más allá del lenguaje técnico y articularlo de una manera que los empleados y los legisladores sin títulos de ingeniería puedan entender. Y lo más importante, es fundamental subrayar la importancia de hacer esto bien, como una forma de preservar la innovación, los empleos y las oportunidades; ese es el tipo de lenguaje que resuena entre los miembros del Congreso y hará que este campo avance al siguiente nivel.

Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no reflejan necesariamente las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.