Los analistas de JPMorgan han destacado que las crecientes tensiones geopolíticas y las próximas elecciones estadounidenses están llevando a los inversores hacia Bitcoin y el oro como activos de refugio seguro. Esta tendencia, conocida como "comercio de devaluación", refleja una creciente preocupación por los riesgos cambiarios tradicionales en medio de la inestabilidad económica.

El oro ha subido recientemente, acercándose a los 2.700 dólares la onza, impulsado por un dólar más débil y la caída de los rendimientos de los bonos del Tesoro, mientras que el rendimiento de Bitcoin ha sido más volátil, influenciado por los acontecimientos geopolíticos, particularmente en Oriente Medio. A medida que se avecina la incertidumbre, ambos activos se consideran coberturas viables contra posibles perturbaciones del mercado.

Los inversores buscan cada vez más alternativas a las monedas fiduciarias, lo que hace que el oro y Bitcoin sean opciones atractivas durante estos tiempos turbulentos.

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