Un informe de investigación reciente de Sam Callahan, encargado por Lyn Alden, explora la fuerte correlación entre el precio de Bitcoin y la liquidez global.
Sam Callahan es una figura destacada en el mundo de las criptomonedas, especialmente conocido por su experiencia en Bitcoin. Es el analista principal de Swan Bitcoin, una plataforma dedicada a la educación, la inversión y la acumulación de Bitcoin a través de compras recurrentes. Callahan es muy respetado por su investigación, sus conocimientos y su análisis exhaustivos del mercado de Bitcoin, los sistemas financieros y las tendencias macroeconómicas que afectan a la industria de las criptomonedas.
Callahan explica que Bitcoin sigue las tendencias de liquidez global el 83% del tiempo durante cualquier período de 12 meses, más que cualquier otra clase de activo importante. Según Callahan, la correlación de Bitcoin con la liquidez es notable, pero no inmune a las desviaciones temporales, especialmente durante movimientos extremos de precios. Destaca que la combinación de la liquidez global con las métricas de Bitcoin en cadena brinda una comprensión más profunda de los ciclos de precios de Bitcoin y las posibles oportunidades de inversión.
Callahan enfatiza la importancia de monitorear el M2 global, una medida amplia de la oferta monetaria, como un indicador clave de las condiciones de liquidez. Utiliza el M2 global de las principales economías como un indicador de liquidez, y señala que el papel del dólar como moneda de reserva global hace que el M2 denominado en dólares sea una métrica confiable. Según Callahan, el precio de Bitcoin tiende a subir cuando la liquidez se expande y a bajar cuando la liquidez se contrae, lo que subraya su sensibilidad a las condiciones de liquidez.
Callahan explica además que Bitcoin está más estrechamente alineado con las tendencias de liquidez que otros activos tradicionales, como las acciones, el oro y los bonos. Señala que las acciones, si bien están correlacionadas con la liquidez, también están influenciadas por las ganancias y las entradas pasivas, lo que hace que su relación con la liquidez sea menos pura que la de Bitcoin. El oro, si bien es sensible a la liquidez, también se considera un activo de refugio seguro, lo que lleva a una correlación más mixta.
Callahan identifica a Bitcoin como el “barómetro de liquidez más puro” porque carece de las ganancias o dividendos que pueden afectar a las acciones y no se lo considera un refugio seguro como el oro o los bonos. Esto hace que Bitcoin responda mejor a los cambios de liquidez, lo que lo convierte en una inversión atractiva para quienes desean seguir las condiciones de liquidez.
Sin embargo, Callahan advierte que la correlación de Bitcoin con la liquidez puede debilitarse en el corto plazo debido a la dinámica interna del mercado o a eventos idiosincrásicos. Hace referencia a ejemplos como el colapso de Mt. Gox y la crisis de COVID-19 de 2020, donde el precio de Bitcoin se desvió de las tendencias de liquidez.
Callahan concluye enfatizando que la combinación de métricas de liquidez con herramientas de valoración en cadena como el puntaje Z MVRV de Bitcoin, que rastrea la sobrevaluación o subvaluación en función de datos históricos de precios, proporciona una comprensión más completa de los ciclos de Bitcoin. Este enfoque, sostiene, puede ayudar a los inversores a predecir cuándo Bitcoin puede desvincularse de las tendencias de liquidez y ofrecer un mejor momento para ingresar o salir del mercado.
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