Criptomonedas y la nueva experiencia en el uso del dinero

Aún incomprendidas, las criptomonedas tienen un enorme potencial para alterar y cambiar la forma en que usamos el dinero.

Desde que el hombre descubrió la noción de valor de cambio y sintió la necesidad de utilizar una moneda para asignar este valor, la relación con el dinero se ha mantenido razonablemente igual. Desde las primeras monedas de oro, plata, bronce y diversos metales, hasta la aparición de los billetes, el dinero físico demostró ser útil y también un símbolo de identidad nacional. Junto con las fronteras definidas, la bandera y el himno nacional, la moneda era una forma de señalar una nación soberana. Al adoptar el dinero físico, los países pudieron demostrar la fortaleza de su economía y, en consecuencia, disfrutar de más recursos para promover el crecimiento, el bienestar y el poder.

Incluso con la aparición de los medios de pago electrónicos, particularmente después de la universalización de las tarjetas de crédito internacionales, el dinero físico siguió siendo la preferencia de la mayoría de la gente. La clásica expresión “del dinero guardado en el colchón” subrayaba este apego a los billetes y monedas.

Pero, poco a poco, los experimentos en el uso de monedas digitales fueron ganando terreno. Bitcoin, protegido por el protocolo blockchain, representó una disrupción en los estándares monetarios utilizados por personas y empresas. La misma lógica guió la creación de otros criptoactivos. Datos de diciembre de 2022 apuntan a la existencia de más de 22 mil criptoactivos en circulación, distribuidos y accesibles a través de las aplicaciones y mercados de la modalidad. Para que os hagáis una idea de lo que esto significa, los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas registran 182 monedas oficiales.