El impuesto del 25% sobre las ganancias no realizadas que propone Kamala Harris podría provocar importantes trastornos económicos. Imagine que invierte 50.000 dólares en acciones y el valor aumenta hasta 70.000 dólares. Con este impuesto del 25% propuesto, pagaría impuestos sobre la ganancia de 20.000 dólares, aunque no haya vendido ninguna acción. Ahora, imagine que el valor de sus acciones cae a 45.000 dólares al año siguiente: seguiría debiendo impuestos sobre las ganancias, aunque haya perdido dinero. Esto podría obligar a muchos a vender inversiones solo para cubrir sus facturas fiscales.
Posibles consecuencias:
- Los inversores de clase media podrían verse gravemente afectados, y sus ahorros, fondos de jubilación y cuentas universitarias podrían estar en riesgo.
- La inestabilidad del mercado podría ser resultado de ventas forzadas, causando una fuerte caída en los precios de las acciones y borrando miles de millones de dólares.
- La retirada generalizada de inversores podría provocar una desaceleración económica o incluso una recesión.
¿Esta política supone una amenaza potencial para la economía o los inversores se adaptarán a ella? Analicemos el impacto de esta controvertida propuesta.