El auge de las capas 2, las cadenas de aplicaciones, las subredes y las extensiones de red tiene como objetivo escalar la cadena de bloques, pero todas ellas luchan con el mismo problema: la descentralización.
🔶 Problema de centralización de las L2: muchas L2 dependen de pequeñas multifirmas y secuenciadores centralizados, lo que hace que la descentralización real sea casi imposible. Los rollups optimistas te obligan a confiar en el secuenciador, lo que crea una forma de prueba de autoridad. Si bien los rollups ZK son más seguros, exigen recursos computacionales extremos.
🔶 Descentralización real: la visión original de la cadena de bloques era la descentralización global: miles de nodos en hogares, barcos y garajes, todos con hardware de consumo. Las capas 2 no pueden lograr esto.
🔶 Concepto erróneo sobre los tokens: no necesitas un token ni tu propia cadena para tener éxito. Desarrollar una L1 con mercados abiertos y sin permisos es 1000 veces mejor.
🔶 La fragmentación es la solución: todos los sistemas quieren particionar los cálculos, el almacenamiento y la red. La fragmentación lo hace bien, ya que ofrece descentralización, seguridad, rendimiento y componibilidad.