El cambiante panorama político de las criptomonedas en Estados Unidos
El panorama de la regulación de las criptomonedas en Estados Unidos ha experimentado cambios significativos, que reflejan cambios políticos más amplios. En 2019, la postura anticriptomonedas del expresidente Donald Trump, marcada por su tuit condenando Bitcoin y otras criptomonedas, inició una ofensiva federal contra los activos digitales. La administración de Trump, encabezada por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, implementó medidas para aumentar el escrutinio de las transacciones criptográficas, con el objetivo de frenar la evasión fiscal y financiar recortes de impuestos. Esto incluyó iniciativas como la Operación Tesoro Escondido, centrada en descubrir ingresos criptográficos no declarados.
El enfoque regulatorio de Trump se caracterizó por la aplicación en lugar de la orientación, y agencias como la SEC y la CFTC adoptaron posturas variadas sobre las actividades criptográficas. A medida que Trump pasó del escepticismo a la defensa en su campaña de 2024, posicionándose como un candidato pro-criptomonedas, prometió cambios drásticos, entre ellos hacer que todo el Bitcoin restante tuviera su base en Estados Unidos y despedir al presidente de la SEC, Gary Gensler. Sin embargo, estas promesas enfrentan desafíos significativos en cuanto a su viabilidad.
Bajo la presidencia de Biden, el enfoque evolucionó hacia la Operación Chokepoint 2.0, que amplió el alcance regulatorio para incluir una ofensiva integral contra la industria de las criptomonedas, haciéndose eco de las restricciones de la era Obama. La orden ejecutiva de Biden en marzo de 2022 apuntaba a una estrategia gubernamental unificada para la regulación de los activos digitales, intensificando el escrutinio y los requisitos de cumplimiento.
En medio de este endurecimiento regulatorio, está surgiendo un cambio sorprendente dentro del Partido Demócrata. La representante Maxine Waters y el líder de la mayoría del Senado Chuck Schumer están señalando un posible giro hacia el apoyo a la innovación en el ámbito de las criptomonedas. Esta postura cambiante, junto con el cambio dramático de Trump y la importante influencia de la industria en las elecciones de 2024, sugiere una encrucijada crítica para la política de criptomonedas de EE. UU. La próxima administración deberá navegar por estas dinámicas para equilibrar la innovación con las necesidades regulatorias, dando forma al futuro de las finanzas digitales.